CUARTELES TECNOLOGICOS Y FUTURO DEL CONSEJO DE DEFENSA SURAMERICANO

Por:
Ricardo Àngel Cardona

Publicado el 01/04/2009

En 1923 el general argentino Manuel Nicolás Savio creaba las bases legales y técnicas para impulsar la poderosa siderurgia nacional, madre del despegue posterior de la república Argentina hacia la industrialización integral del país, apoyando con esto la construcción de maquinaria agrícola e industrial. Argentina estuvo considerada por esto mismo, en la primera mitad del siglo XX, entre los quince países más desarrollados del planeta. Con seguridad alimenticia garantizada para sí misma y de otros países también.

 

Este programa fue apoyado posteriormente en una nueva dimensión nacional estratégica por el general progresista Juan Domingo Perón, en una época en que el monopolio industrial se encontraba anclado en los países de Europa occidental. 

 

 

 

En 1938 los coroneles Germán Busch y David Toro nacionalizaban el petróleo de la Standard Oíl y creaban la posteriormente poderosa industria petrolera boliviana y con esta la empresa madre YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos).

 

 

 

Igualmente en 1969 hasta 1971 los generales Alfredo Ovando y Juan José Torres ponían las bases industriales y financieras para el funcionamiento de la Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF), destinada a fundir los metales no ferrosos de Bolivia, como el estaño, dándoles con este procedimiento metalúrgico el respectivo valor agregado que la sacaba de hecho del circuito infernal y vicioso de exportar materias primas sin valor agregado alguno. Y con bajo precio. También funcionó la Asamblea Popular.

 

 

 

En plena II Guerra Mundial el gobierno de otro general Enrique Peñaranda, esta vez entreguista y por encargo de los barones del estaño como Simón I. Patiño y otros, vendía toda la reserva estannífera de Bolivia a los aliados a precios bajos, con el pretexto de apoyar y contribuir a la civilización democrática y occidental, representada por Estados Unidos de Norteamérica y Europa Occidental. Estas reservas metálicas en manos gringas se constituyeron desde entonces en la espada de damocles de las exportaciones bolivianas hacia los países desarrollados (los que hicieron la guerra precisamente) para hacer bajar el precio subiendo la oferta de los minerales y del metal del diablo estaño, en forma artificial y a gusto y sabor de las conveniencias y necesidades industriales del llamado primer mundo imperialista.

 

 

 

Ante este panorama de entreguismo total surgieron otros militares nacionalistas como Gualberto Villarroel que desde 1943 hasta 1946, pusieron límites a la angurria de los barones del estaño cobrando más impuestos y construyendo las refinerías del petróleo boliviano con las reservas estatles sin apelar a créditos externos. Funcionó en este período el primer congreso campesino-indígena de Bolivia, antecesor programático y pragmático de la revolución nacional de 1952 y del gobierno popular de Evo Morales.

 

 

 

En Perú en 1968 se produjo una verdadera revolución social dirigida por el general Juan Velasco Alvarado que con el Plan Inca transformó las estructuras feudales de la economía y sociedad peruanas, conduciéndolas hacia reformas profundas y novedosas en el agro, banca, industria, transporte, comunicaciones, pesquería, tecnología, relaciones internacionales y defensa soberana con armamento propio importado y adquirido de la ex-URSS en términos ventajosos y alejados de los permisos coloniales que otorgaban los gobiernos gringos a los gobiernos de la región, para adquirir armamentos nuevos y de defensa militar y social.. En 1968 y 1969 se nacionalizó las instalaciones petroleras de Talara y se dio comienzo a la reforma agraria, creando empresas agrícolas sociales.

 

 

 

En 1969 el general Alfredo Ovando y su equipo ministerial nacionaliza la Gulf Oil Company y pone al país a trabajar en función del Plan Nacional de Desarrollo, con el que por primera vez Bolivia intentaba planificar su economía atrasada y dependiente en forma integral, moderna, soberana y social.

 

 

 

Actualmente el coronel bolivariano Hugo Chávez ha transformado Venezuela de raíz en diez años de gobierno popular y revolucionario y ha acometido directamente las tareas históricas para construir el llamado socialismo bolivariano siglo XXI con participación y control de las masas, alejado del chantaje de los anteriores y actuales gobiernos norteamericanos y de las transnacionales en el manejo de la riqueza petrolera y gasífera.

 

 

 

Por esto tiene importancia que los doce países UNASUR ( Unión de naciones Suramericanas ) hayan decidido ahora, la semana pasada, la conformación del Consejo de Defensa Suramericano ( CDS ), con la filosofía de potenciar a la región primero y ante todo en forma social y económica y después con el crecimiento militar propiamente dicho.

 

 

 

El CDS está llamado por la realidad suramericana y mundial para intentar construir una civilización de paz y desarrollismo integral, apoyando estrechamente los esfuerzos de los gobiernos progresistas del continente en la seguridad energética y alimenticia. En capacitar a los conscriptos y jóvenes en carreras técnicas para todos los sectores industriales y de servicios, en los llamados cuaterteles tecnológicos empresariales.

 

 

 

Es la primera vez en la historia universal que se trata de defender un continente miliarmente, comenzando con tareas de paz y desarrollo de beneficio mutuo. Planteando coordinación precisa entre los países involucrados, como intercambio de información y tecnologías, reuniones de expertos en desarrollo civil, industrial y militar. Y finalmente apoyando la filosofía UNASUR donde la mejor defensa es el desarrollo integral.

 

 

 

El siglo XXI es, a todas luces, de construcción necesaria de una nueva civilización social en Suramérica, y posiblemente en el mundo también. Así dan a entender las conclusiones arribadas por el CDS a través de los ministros de defensa de doce países UNASUR. Se extrae que los militares y las fuerzas armadas y policiales progresistas de la región no negarán el esfuerzo necesario de solados, clases, suboficiales, sargentos y oficiales en la tarea primordial de eliminar la pobreza y crear riqueza genuina y social sin depender de  transnacionales angurrientas, causantes del la actual postración de nuestro continente.

 

 

 

[email protected]   15.III.2009