¿MAGNICIDIO FRUSTRADO CONTRA EVO MORALES?

Por:
Pablo Stefanoni

Publicado el 01/05/2009

La desactivación de una presunta célula de extrema derecha en la ciudad oriental y opositora de Santa Cruz de la Sierra sigue inmersa en un mar de dudas y todo tipo de especulaciones. Evo Morales denunció la frustración de un magnicidio en su contra, mientras que para el gobernador cruceño Rubén Costas todo es “un show montado por el gobierno”. Y el tema ya es parte de la campaña electoral que ha comenzado con miras a las elecciones de diciembre.

 

El pasado jueves, un día después de un atentado con dinamita contra la casa del cardenal Julio Terrazas --máxima autoridad católica en Bolivia-- las fuerzas de élite bolivianas allanaron un hotel céntrico de Santa Cruz, donde abatieron a tres presuntos terroristas – Eduardo Rozsa Flores (boliviano-húngaro), Dwyer Michael Martin (irlandés) y Magyarosi Árpád (húngaro-rumano)- y detuvieron a dos: el boliviano-croata Mario F. Tadic y al húngaro Elod Toazo. La policía indicó que poseían armas y explosivos C-4.

Pero la situación dio un giro casi inmediato luego de una serie de allanamientos que dieron con un arsenal en el pabellón que alquila la Cooperativa de Telecomunicaciones Cotas ubicado en la Feria Exposición de Santa Cruz (Fexpocruz). El vicepresidente Alvaro García Linera denunció que se había frustrado una conspiración de ultraderecha, al tiempo que acusó al grupo de haber atentado contra el jerarca católico y planear atentados no sólo contra el Presidente boliviano sino también contra el opositor gobernador cruceño: “Este grupo terrorista de mercenarios extranjeros y algunos bolivianos ha puesto no solamente en riesgo la seguridad del guía espiritual de la Iglesia Católica sino también la integridad personal de altas autoridades del gobierno nacional e inclusive del gobierno departamental”, sostuvo la segunda autoridad boliviana. Fuentes de la investigación señalaron, además, que encontraron evidencias de que estas personas se desplazaron recientemente hasta la localidad de Alto Parapetí, a donde el mandatario viajó a repartir tierras a los campesinos, “para estudiar el sistema de seguridad” presidencial. Y los medios estatales emitieron un largo un programa vinculando al ex líder del comité cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, con la derecha radical croata.

“Quieren una excusa para descabezar a la oposición”, respondió el gobernador Costas y señaló que no es casual que los hechos coincidan con el viaje de Morales a reunión del ALBA (Alternativa Boliviariana para las Américas, en Venezuela) y a la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, “donde de seguro escucharemos la cantaleta sobre el golpe cívico-prefectural para derrocar a Evo Morales”. También salieron al ruedo voceros de la empresa Cotas, quienes indicaron que el stand no es propiedad de la telefónica que sólo utiliza durante el mes de septiembre para la feria.
Con todo, es la novelesca figura del aparente jefe de la banda, el boliviano-húngaro Eduardo Rozsa Flores, la que introdujo una dosis adicional de preguntas y misterio acerca de la naturaleza del grupo. Nacido hace 49 años en Santa Cruz, su padre fue un librepensador comunista húngaro, formador de toda una generación de artistas plásticos cruceños y su madre una ferviente creyente católica. De esa mezcla salió un personaje con una vida tan extremista como contradictoria: pasó un año de su adolescencia en las postrimerías del Chile de Allende luego del exilio de su padre; se formó militarmente en Hungría y -según él mismo- en la academia Dzerzhinski de Moscú; estudió lingüística y literatura en la universidad de Budapest, mientras se volvía cada vez más anticomunista. Durante la guerra de los Balcanes, en los 90, trabajó como corresponsal del diario La Vanguardia de Barcelona y colaboró con la BBC de Londres. Pero las armas tiraron más que la pluma y en poco tiempo terminó comandando la Brigada Internacional de voluntarios extranjeros por la independencia de Croacia. Su vida fue llevada al cine en Hungría en el film "Chico", en el que actuó de él mismo, y donde se recoge su "amistad" con el mítico terrorista Carlos.

 


Sus posiciones religiosas no son menos desconcertantes: de origen judío, se convirtió al Opus Dei para terminar, a mediados de los 90, llamado por el profeta Mahoma en una mezquita de Sarajevo. Y como poeta políglota llegó a escribir sobre mística sufí.

 


“Rozsa fue un buen combatiente pero siempre fue un enigma”, comentó el diputado croata Branimir Glavas. Zoltan Brady, editor en jefe de la revista literaria húngara Kapu donde trabajó Rozsa, señaló en el diario The Budapest Times que Chico viajó a Bolivia en 2008 para luchar contra el "gobierno comunista" y por la independencia de Santa Cruz. De hecho, en su blog aparecen links a sitios independentistas radicalizados.

 


Algunas pistas adicionales las provee el pésame que apareció en la página web del partido fascistoide magiar Jobbik -al que estaba vinculado-, su adhesión al "nacional-anarquismo" (partidario de un comunitarismo reaccionario y antiglobalización que busca reemplazar los Estados por comunidades raciales puras) y su relación con la Legíon Siculis (Székely Légió) de la minoría húngara en Rumania.

 


En medio de una gran confusión y hermetismo en la investigación, la oposición comenzó a hablar de un “fusilamiento” de los presuntos terroristas en lugar del enfrentamiento relatado por la policía. Datos preliminares de periodistas locales, a los que accedió il manifesto, indicarían que Rozsa fue contratado por los ultras cruceños para entrenar a grupos irregulares, e incluso se tejen todo tipo de especulaciones sobre la puja entre el actual gobernador Costas –considerado moderado- y posibles candidatos “radicales” a sucederlo como Branko Marinkovic. Ahora se espera que los detenidos permitan dar con la enredada punta del ovillo.