De la Empresa Nacional de Electricidad, ENDE, llegó el comunicado, sin mucho aspaviento: Se licitó la compra del cable para la interconexión eléctrica que permitirá a Tarija  integrarse al sistema nacional.

 

 

Y es una noticia muy relevante, por muchas razones. La energía es fundamental en la economía moderna. Es inconcebible el desarrollo sin ese componente, que no solamente impulsa y alimenta la producción de bienes –todo tipo de bienes- sino también incide en la calidad de la vida, mejorándola.

 

 

Tarija tenía ya muchos años de estar esperando esa interconexión y ahora que anunciaron oficialmente por lo menos que se licitó la compra del cable, desde ahora y cuando las obras  de ingeniería sean licitadas, debemos prestarle más atención al asunto.

 

Porque la Prefectura licitó a fines del pasado año la instalación y puesta en marcha de una termoeléctrica en la misma ciudad de Tarija (Tabladita), con la finalidad de asegurar el suministro eléctrico para el consumo propio. La pregunta es: ¿qué hará ahora la Prefectura si, como se ve, la electricidad llegará más barata a partir de la interconexión que pronto se construirá?

 

 

Felizmente, la veeduría, la vigilancia, es decir el ejercicio del derecho ciudadano a controlar el gasto de los fondos públicos, está consolidándose cada vez más. En todas las sociedades. Y eso es bueno.

 

 

Gente hay para eso. No solamente en todos los niveles de gobierno (nacional, departamental y municipal) sino en organizaciones cívicas formales, paralelas, principales, subsidiarias, etcétera. Bueno pues, a su juego las llamaron y nosotros vigilaremos que cumplan su oficio.

 

 

Para comenzar, sin ánimo de criticones, no alcanza a gustarnos eso de que para la interconexión el gobierno haya tenido que pedir prestados a la Corporación Andina de Fomento, CAF, 44 millones de dólares, porque los créditos de la CAF son costosos: 8% o más de tasa anual de interés, según el mismo ministro Arce lo admite.

 

 

Algo más, el BCB le presta, a su vez, a la CAF algo así como 200 millones de dólares de las reservas internacionales que administra y recibe por ello un interés anual de menos del 3%. ¿Qué negocio raro es ese? ¿Por qué razón ENDE no emite mejor títulos de deuda por 44 millones, al 3.5% y el BCB se los compra, para de esa forma financiar la interconexión con capital propio del país y más barato?

 

 

Esa debiera ser una transacción corriente, vía Bolsa de Valores de Bolivia, cuya regulación legal debiera permitirla y fomentarla

 

 

Y que se licite, entonces, en buena hora, la totalidad de la obra y de manera transparente.

 

 

Para que la secuencia siga, porque hasta aquí  tenemos atendida sólo la primera parte de las inquietudes. Ya interconectados, se vuelve mucho más lógico, más pertinente, que, teniendo nosotros también la materia prima: el gas, seamos generadores de energía eléctrica. Para nuestro consumo, para abastecer a la región y, por supuesto, para exportarlo.

 

 

El norte de Chile está ávido de energía eléctrica. No tienen como generarla, pues no tienen potencial para hidroeléctricas, ni combustibles fósiles. Hagámosles el favor: vendámosles electricidad.

 

 

Y Chile no es único comprador potencial de energía generada con el gas tarijeño. Los clientes serían muchos.

 

 

Lo importante es que agarremos bien la punta del ovillo. Que liciten las obras de interconexión. Que nos involucremos en el tema, priorizándolo a las discusiones bizantinas de parroquia, que francamente a muchos nos tienen empalagados.

 

 

Por eso nos mantendremos constantemente interesados en este asunto, haciéndole seguimiento periodístico y formulando sugerencias pertinentes, o haciendo preguntas aparentemente impertinentes.

 

 

No podemos con nuestro carácter. Y ese es nuestro oficio.