DECLARACIONES DE UN EX COMANDANTE Y EL ARMAMENTISMO CHILENO

Por:
Rodolfo Becerra de la Roca

Publicado el 01/07/2009

Mientras el ex comandante del Ejército chileno, general Juan Emilio Cheyre, hace declaraciones contra “nacionalismos añejos, extremos y chauvinistas que están sobrepasados por el tiempo” y se refiere a “soberanías compartidas”; el Gobierno chileno no cesa de armarse, como se dice, hasta los dientes. ¿Para qué? y ¿contra quién?

A los 16 aviones caza F-16 adquiridos de los Estados Unidos, añadidos con otros 18 de Holanda, ahora se anuncia otra millonaria compra de 8 aviones antisubmarinos e igual cantidad de helicópteros de Francia, amén de misiles antibuques Exocet, que se suman al equipamiento incesante de buques, submarinos y tanques; afirmando no obstante el Ministro de Defensa de Chile que su país no está en una carrera armamentista, los que aparecen como conductas contradictorias que encubren la astucia de los protagonistas.

Esto ocurre cuando Chile y Perú mantienen una disputa de límites marítimos ante una corte internacional. ¿Es que sus vecinos no pueden reclamar un derecho, sin que Chile se ponga en apronte beligerante?

 

Bueno está que Chile esté en un ritmo creciente de progreso. Pero esta situación bonancible no debería estimular su soberbia, no debe ser motivo para mostrar amenaza, provocación ni intimidación.

 

Por eso aquellas declaraciones de altas personalidades de Chile suenan a falsedad y fingimiento.

 

Si como dice la personalidad nombrada, debemos imitar a Europa con esa “gran posibilidad de intercambiar si actuamos con mirada al Siglo XXI”, ningún país en América debe provocar más enfrentamientos con esa mirada de Caín, porque si nacimos y nos desarrollamos dentro de una fraternidad, ricos y pobres, poderoso y débiles todos debemos actuar bajo el lema de la justicia que consiste en esa fórmula simple de dar a cada uno lo que le pertenece, porque quien quiere imponerse a la fuerza, descontado está que no lleva consigo la justicia. Esto ha ocurrido siempre en la historia de los pueblos.

 

Lo que llama la atención es que los Estados más poderosos alienten el armamentismo, dotando a otros de armas mortíferas, lo que puede interpretarse como si aquellos fomentaran las guerras, con fines lucrativos. Es también reprochable que los países en desarrollo y los del tercer mundo, se ocupen de alimentar la soberbia y ese chauvinismo del que precisamente hace hincapié el nombrado ex Comandante. Sabemos el horror de las guerras en las que la más afectada es la población civil: niños, mujeres y ancianos que tienen que soportar los sufrimientos más espantosos y las humillaciones más inhumanas.

 

Si aparte de vivir las convulsiones internas, vamos a tener la amenaza de futuros conflictos internacionales, estamos haciendo de este mundo un lugar indigno de la vida, cuando el afán de los hombres y de las naciones en este Siglo XXI debe ser construir un lugar donde reinen la paz y el entendimiento.

 

La Organización de las Naciones Unidas se ha constituido, después de la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, justamente para sembrar la paz y erradicar las guerras previendo los mecanismos para evitarlas. Así tenemos el Consejo de Seguridad para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, que debe tomar cartas en casos de armamentismo ostensible, debiendo adoptar iniciativas de previsión ante este organismo internacional los Estados limítrofes de Chile: Argentina, Perú y Bolivia.