DEBATE POST ELECTORAL ARGENTINO

Por:


Publicado el 01/08/2009

1.-
PINO SOLANAS, ¿FRENTE UNICO ANTIIMPERIALISTA O FRENTE DE CENTRO-IZQUIERDA?

 

Leopoldo Markus( Partido Socialista de la Izquierda Nacional, Segunda Epoca)

 En el número de julio 2009 de PG, Gustavo Robles afirma que Pino Solanas emerge como opción de la Izquierda Nacional de la Argentina, vistos los resultados de las elecciones del 28/06/09 en la Capital Federal. En principio la afirmación en sì misma, es un propósito de deseos.

 

Si nos atenemos a la estadística histórica de las elecciones de los ùltimos 20 años, lo que ha crecido es el no voto (abstención), el voto en blanco y la anulaciòn del voto ciudadano, lo que expresa el repudio pasivo de las masas excluidas hacia el régimen partidocrático de la democracia colonial, continuadora del golpe imperialista del 24 de marzo de 1976. Solo tomando los cómputos finales de cuatro distritos importantes como Capital Federal, Pcia. Bs. As., Córdoba y Santa Fe, los valores de no voto, voto en blanco y anulación del voto, oscilaron entre el 29 y el 34%, lo que en modo alguno resulta despreciable. Como el cómputo de los votos para los cargos electivos, por una ley fraudulenta del ex diputado Carlos Ruckauf[1], se efectúa sobre los votos “positivos”, los porcentajes publicados por la prensa son mucho menores, aunque los candidatos mantengan sus colocaciones. No es lo mismo un 24% del total de ciudadanos empadronados (100%) que sobre un 70% de los votos emitidos, lo que reduciría a aquel porcentaje al 16,8% del total, aún manteniendo su lugar.  En provincias como Santiago del Estero, el nivel de abstención ciudadano de los ùltimos diez años no bajó del 60%. O sea que los porcentajes para los cargos electivos, se computaron sobre el 40% de los electores que concurrieron al acto comicial. Y este fenómeno es común a todos los distritos del país y en todo tipo de elección (nacional, provincial o municipal), lo que implica de suyo una irrepresentatividad creciente de los legisladores electos. Esa irrepresentatividad es funcional, con el manejo de los políticos del sistema, por parte del imperialismo, por medio de las canonjías o prebendas y los límites parlamentarios a los legisladores, sean de “derecha” o “izquierda”. Es lo que Lenìn, calificaba como cretinismo parlamentario. Es, en gran medida y como lo fue a comienzos del  siglo XX, la base del reformismo europeo colaboracionista de la socialdemocracia europea con las burguesías imperialistas, en contra de los movimientos de Liberación Nacional y antiimperialistas del Tercer Mundo.
Solanas, ¿serà el jefe polìtico de la Revoluciòn Nacional argentina del siglo XXI?
 Las elecciones en sì mismas, son actos puntuales y efímeros. La tradición del marxismo no discrimina acerca de cuales son los métodos más “convenientes”, para efectuar un cambio histórico o social. Lo que se mide, más que el programa formal, es la naturaleza de las clases sociales que integran el frente y la decisión política de su conducción. Los medios para acceder al poder del Estado, pueden ser una elección, una guerra civil o un golpe de estado. En el primer caso, se puede citar como ejemplo la histórica elección del 24 de febrero de 1946, que llevó al Coronel Perón a la Presidencia, Previamente estuvo el golpe del nacionalismo militar del 4 de junio de 1943 y, sobre todo la movilización de masas del 17 de octubre de 1945. Una larguísima guerra civil en China, llevó al Partido Comunista Chino encabezado por Mao Tsé Tung, como expresión política de un frente único antiimperialista de base campesina y dirección proletaria. Pero los golpes de Estado han sido más frecuentes, con conducción de la pequeña burguesía militar (Velazco Alvarado en Perù, Germàn Busch, Juan José Torres u Ovando Candia en Bolivia) o del partido revolucionario, como lo fue el asalto al Palacio de Invierno, en el Octubre Rojo de 1917.
Proyecto Sur, tiene un programa “antiimperialista” y que atiende a las necesidades más elementales de las víctimas “sociales” del Proceso. Frente al grotesco de “candidatos” como De Narváez, Reuteman, el stalinista Heller o cualquiera de los candidatos “testimoniales” de todo el paìs, Solanas es Perón o Lenìn y sobre todo, frente al reaccionarismo intrínseco de la Administración Municipal Macri de la Capital Federal. Tanto los sectores más postergados del pobrerío, como de la pequeño-burguesía democrática de “izquierda” cipaya, consideraron, por diferentes razones e intereses que Solanas era su candidato.
El problema polìtico, no es lo que dice Solanas, sino lo que no dice y sobre todo, cuales son sus propósitos, más allá de los actos eleccionarios. Dicho en otras palabras, los “votos castigos” son aspectos meramente coyunturales. De lo que se trata, para terminar con la anomia política de la sociedad y empezar un camino de lucha que termine con el Proceso, hay que acumular fuerzas. Hay que construir el Frente Plebeyo que asomó en las calles de Córdoba, el 29 de mayo de 1969 con el Cordobazo, al grito de “luche, luche, no deje de luchar por un Gobierno Obrero, Obrero y Popular”. No alcanza con dirigirse a la sociedad postergada, a la que hay que movilizar y apelar, como líder de la centro izquierda, de la pequeño-burguesía “progre” de la Ciudad Puerto, cuando la Argentina es una colonia del capital financiero internacional. Solanas nada dice de la ocupación británica en Malvinas, ni de cómo reconstruir a las FFAA, o como es la estrategia para romper la dependencia financiera con la usura internacional, ni tampoco aclara si es el continuador del Frente de Izquierda Popular (FIP), que apoyó a Peròn con 900.000 votos propios, su tercera reelección yendo con el programa de las 70 medidas, ya que declama pertenecer a la “Izquierda Nacional y Popular”.
Solanas, no es un recién llegado, a pesar de ser un artista. Marx decía, que los artistas son “seres especiales”. En 1991, sectores nacionales de Capital y Pcia. de Buenos Aires (peronistas, izquierda nacional e independientes), se organizaron en el Frente del Sur, para dar batalla al menemismo. Solanas, frustró dicha posibilidad, ahilándose con Chacho Álvarez e integrándose al sistema parlamentario. Esa es una vía, que esperemos no repita. La otra, está en la posibilidad de recorrer un camino menos “exitoso” de construir y acumular fuerzas –apelando a las masas-, más allá de la coyuntura. Está en Solanas la decisión.
 
2.-
PREOCUPACIONES DE  "PATRIA GRANDE"
El 16 de julio pasado, Ignacio Macri, la figura más connotada del imperialismo en la Argentina, decía: "Quienes votaron por Solana son unos irresponsables" (Grupo E. Medios). ¿No son estas palabras el mejor aval para un dirigente político que plantea cambiar de rumbo al país? ¿No es un deber de la Izquierda Nacional Latinoamericana ayudar a las corrientes que defienden posiciones nacionales (la defensa del petróleo y la minería, la recuperación de los bosques y los ferrocarriles) a profundizar sus aciertos sin dejar de criticar sus errores pasados y presentes? ¿Es correcto plantear la formación de un "Frente Plebeyo" sin brindar a los sectores obreros y populares elementos concretos para construirlo? Es difícil creer que la abstención y los votos pifiados y nulos, cuya propiedad se atribuyen todas las siglas políticas que no gravitan en los destinos del país, cumplan una misión orientadora y ofrezcan una esperanza a mediano y corto plazo a trabajadores, intelectuales y amas de casa, que optaron por la abstención precisamente porque estás desmoralizados.
Frente Sur tuvo la virtud, en su balance electoral, de reconocer sus limitaciones. Sostuvo que sólo tiene apoyo en Capital Federal y que sólo votaron por Solana las capas medias que buscan recuperar la dignidad nacional. La mayoría de los trabajadores y gente pobre votó por el Kirschnerismo y las capas medias conservadoras por los ahijados de Macri y Elisa Carrió. ¿No debería la Izquierda Nacional argentina debatir la posibilidad de apuntalar el Frente de Pino Solana, lo que le permitiría pasar al campo de los "irresponsables", ya que sólo los irresponsables frente a las políticas del imperio serán capaces de abrir caminos liberadores para nuestra América Latina (ASR)
3.-
 POLITICA A PARTIR DE LOS CASOS DE MICELI, PICOLOTTI Y DE VIDO
"El Ojo Digital"
Aumenta la percepción del Gobierno de Kirchner como corrupto
Un título más suave podría decir : "fin de la luna de miel entre el Gobierno Nacional y la sociedad". Pero la realidad es un tanto más grave y amerita titulares más categóricos. A partir de los casos recientes que involucraron a Felisa Miceli y Romina Picolotti, la opinión pública comienza a percibir a la Administración Kirchner como un gobierno comprometido en temas importantes de corrupción.
No se equivocaba Adolf Hitler cuando declaraba "mientras más grande la mentira, más gente la creerá". Pero también es cierto que, tarde o temprano, si una administración no se ve refrendada con la contundencia de los hechos, su credibilidad cae en picada, sin importar la connivencia que este tenga con los medios de comunicación.
Y le ha ocurrido al gobierno del Presidente Néstor Kirchner, otrora promocionado por él mismo y sus personeros como un gobierno transparente, progresista y democrático. Una gran mayoría de argentinos "compramos" el producto kirchnerista sin mirar el precio. Se nos decía que lo peor -la corrupción menemista y la denostada década del noventa- ya había pasado, pero hoy, apenas un par de años después, hemos descubierto que hemos vuelto a ser estafados en nuestra buena fe.
Al Presidente Néstor Carlos Kirchner de nada le sirve ya el fuego graneado contra la corrupción del gobierno de Carlos Menem, como tampoco le ha servido el ataque contra la persona de Mauricio Macri en las recientes elecciones porteñas, catastróficas para el primer mandatario y su séquito de colaboradores. Y se ha percatado de ello el Presidente, dado que ahora despotrica contra aquellos que no creen en la persona de su mujer, Cristina Fernández, acusándolos de montar una "campaña sucia". Imagina el Presidente que, recurriendo a la misma actitud de su rival Mauricio Macri, podrá obtener similares beneficios, ahora para su señora esposa. Pero esto no es otra cosa que la comprobación fehaciente de que este gobierno se mueve en base a la más elemental improvisación, y que es víctima circunstancial del viejo sistema del ensayo y error.
No puede Kirchner resucitar la crítica contra el menemismo, a partir de que, como bien dijeron por ahí ciertos colegas, "el gobierno ya tiene su María Julia", en referencia a la impresentable responsable de sanear el Riachuelo, Romina Picolotti. Picolotti sumó sus travesuras en la Secretaría de Medio Ambiente -donde contrató a parientes a sueldos elevadísimos- a las torpezas de la Ministro de Economía y Finanzas, Felisa Miceli, que escondió dinero supuestamente proveniente de coimas en el baño privado que utiliza en el Ministerio.
¿Tiene Néstor Kirchner margen de maniobra ahora para continuar con su andanada de críticas hacia ex presidentes del pasado político argentino? La respuesta civilizada a esta pregunta solo puede ser negativa. El Presidente es ahora un soldado raso que, en pleno campo de batalla, se ha visto privado de fusil y munición. El recurso favorito del primer mandatario ha sido siempre la descalificación y la burla hacia sus rivales políticos. De más está decir que ahora tienen material de sobra para responderle, aunque la propia ciudadanía ya no precisa que le refresquen lo corrupto que es esta Administración. Ya tiene suficiente con las tapas de Diario Clarín, con Picolotti y Miceli siempre paseando por primera plana.
Y a propósito del mundo de los medios, ha llegado a El Ojo Digital el comentario de que el Presidente hierve de furia contra "El Gran Diario Argentino". Kirchner no le perdona a Clarín el haber puesto en marcha la investigación que arrinconó a Romina Picolotti. Mucho menos el haber puesto como noticia de primera plana los desbandes de Felisa Miceli... en plena campaña electoral para las presidenciales.
Con todo, en el directorio de Clarín existen individuos muy sapientes. Han llegado a la conclusión de que el apoyo irrestricto que brindaron al Presidente y su gobierno debe llegar a su fin. En el diario de Ernestina Herrera de Noble se han percatado de que la promoción permanente de "buenas noticias" ha terminado por destruir la reputación de independencia del periódico. Debido a esto, han seleccionado el período pre-electoral para dar el batacazo. ¿El motivo? Saben que Kirchner no puede hacer gran cosa para intentar desestabilizar al diario, dado que está muy ocupado con la promoción de Cristina para las elecciones. Además, la apuesta podría salirle mal y Clarín podría incluso responder, perjudicando aún más la ya desgastada imagen del Gobierno Nacional. Pero lo que Kirchner y sus funcionarios podrían ver como una conspiración, en realidad podría explicarse mediante la sencilla aplicación del sentido común : en ningún país serio, un ministro de economía podría permanecer en su cargo luego de un desliz como el de Felisa Miceli. Idéntico escenario se da con Picolotti. Los casos de corrupción que envuelven a estas dos funcionarias han despejado la duda de que Néstor Kirchner no representa a la "nueva política" : la percepción de la opinión pública es que el Presidente "es más de lo mismo". Picolotti y Miceli son la columna vertebral de cualquier charla de café. Es motivo de hilaridad entre ejecutivos, encargados de edificios y taxistas. Taximetreros y porteros son importantes formadores de opinión en los principales núcleos urbanos del país. Kirchner bien lo sabe pues convocó reiteradas veces a Omar Viviani y al que "mueve los hilos" en SUTERH, Víctor Santa María, para obtener apoyo. Pero la primera pieza del dominó ya ha sido volteada, y con ella seguirán las demás. Los taxistas son los primeros perjudicados por la ineptitud de los funcionarios kirchneristas del área de energía, al haberse llegado al ridículo de suspender la venta de GNC, fluído sin el cual el taximetrero no puede llevar comida a su mesa.
Por si los casos de Miceli y Picolotti no fueran suficiente material para el prontuario global del kirchnerismo y su "nueva política", están los poco imitables ejemplos de Julio de Vido y Ricardo Jaime, ambos comprometidos por casos de corrupción varias veces millonarios en Planificación y Transporte, respectivamente. Está también el caso "ejemplar" de Ginés González García, que participa del negociado monumental de los medicamentos genéricos en la cadena "Dr. Ahorro". Todos los profesionales del mundo farmacéutico conocen la verdad de la participación de Ginés en el mercado de genéricos. Desde México, los empresarios que montaron la cadena "Dr. Simi" -Dr. Ahorro en la Argentina- han reconocido ante los medios de aquel país que González García es un socio más.
Y todavía hay más. Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio, continúa deambulando entre las sombras e insultando a industriales y comerciantes que consideran implementar incrementos de precios para sus productos. Los llamados telefónicos intempestivos y la intromisión fortuita y desvergonzada en reuniones de ejecutivos son parte del modus operandi del Secretario. A Moreno solo le faltó decir : "a los empresarios tenemos que proponerles un pacto que no puedan rechazar". Reminiscencias de "El Padrino", aunque Guillermo Moreno exhibe bastante menos personalidad que Marlon Brando...
La Nación publica titulares negros y Clarín desangra al Gobierno Nacional con sus investigaciones. Hoy, cada vez más periodistas se han percatado de que, si presionan, hay mucho material para revelar, frente a la corrupción en la Administración Kirchner. Con respecto a Clarín, existen dos posibilidades : o bien en el periódico se han decidido por independizarse verdaderamente de los llamados y las presiones de Alberto Fernández -encargado oficial del "apriete" a medios-, o bien la maniobra es típicamente preelectoral y tiende a "negociar" con Kirchner para la obtención de nuevos créditos, más dinero o, simplemente, una nueva licuación de los pasivos del Grupo de Ernestina. Todo está por verse, pero como bien se sabe, el mundo de los medios en la Argentina es verdaderamente putrefacto. La contaminación del periodismo va de la mano con la que se observa en la política y cierto sector privilegiado del empresariado.
Se avecinan tiempos difíciles para Kirchner y su gobierno. Lo que hace pocos meses se veía como victoria segura para el oficialismo en octubre, se ha transformado claramente en un escenario donde timoratos -aunque seguros- encuestadores ya examinan escearios de segunda vuelta con una Cristina Fernández perdedora. Próximamente comenzarán a liberarse papers con resultados de encuestas que ya están trabajando para medir el impacto de los resonados casos de corrupción en la Administración Kirchner. Y habrá más de una sorpresa.
4.-
TENDENCIA QUE REIVINDICA A ABELARDO RAMOS Y QUE APOYA A LOS K. EXPLICA LA DERROTA ELECTORAL DEL GOBIERNO
 
Caminopropio
Revista del Foro de la Patria Grande
 CORRIENTE CAUSA POPULAR
En la senda de Manuel Ugarte, Arturo Jauretche,
Jorge Abelardo Ramos y Juan D. Perón
Ante los cambios producidos en el gabinete nacional y la convocatoria al conjunto del país anunciada por la presidenta Cristina Fernández, la Corriente Causa Popular sostiene:
1. Contrariamente a lo que pretenden dejar establecido los partidos y políticos de la oposición, junto a los grandes medios nacionales y extranjeros –convertidos en ideólogos y estrategas de aquellos-, el resultado electoral del 28 de junio no puede ser asumido por ningún político ni partido de la oposición, ya que lo que caracteriza a esas fuerzas es su intensa atomización, la ausencia de un programa que exprese sus vagos acuerdos y una fuerte lucha interna para reacomodarse en la nueva situación. Tanto de Narváez, a quien el conjunto del PJ, intenta aislar y reducir su influencia, como la señora Carrió, convertida en la principal amenaza a su propio partido y cuya bancada en Senadores se dividió como consecuencia del resultado electoral, no tienen fuerza social, capacidad de liderazgo ni espaldas para hacerse cargo de los resultados del 28 de junio. Los radicales constituyen un conjunto de dirigentes electoraleros sin programa, enfrentados y celosos del espacio alcanzado por sus correligionarios, donde lo que prima es la desconfianza y el resquemor. Y el propio PJ, convertido nuevamente en una liga de gobernadores, se debate entre las procacidades de Luis Barrionuevo y el intento de Duhalde de reocupar el espacio perdido. Los días posteriores a los comicios dejaron la sensación de que la tan mentada derrota del gobierno había sido realizada por nadie. Nadie está en condiciones de asumir el resultado del 28 de junio, a excepción del gobierno que con el discurso presidencial ha retomado la iniciativa política y con el recambio de gabinete ha generado nuevas expectativas en los sectores de la sociedad que le son adversos.
2. Celebramos con entusiasmo los cambios realizados en el gabinete nacional y otras instituciones públicas porque revelan por parte de la presidenta de la República la voluntad de continuar y profundizar el rumbo de su política, efectuando las correcciones necesarias que garanticen dicho objetivo.
3. El nombramiento del diputado nacional Jorge Coscia en la Secretaría de Cultura de la Nación implica un fuerte golpe de timón en un espacio que tuvo una opaca e insulsa gestión. Decíamos en el documento “Qué pasó el 28 de Junio” que era necesario en el área de Cultura “crear un equipo amplio e incluyente bajo una conducción nacional y popular probada y reconocida”, que  pusiera en marcha una “lucha por la recuperación en la conciencia ciudadana de los valores, significados y tradiciones del movimiento nacional y latinoamericano”. Tenemos confianza, por sus antecedentes y coherencia política, en que la gestión de Jorge Coscia será capaz de enfrentar con éxito este desafío, que constituye una materia pendiente en el gobierno nacional y popular de Cristina Fernández.
4. El doctor Aníbal Fernández ha demostrado ser uno de los principales y más decididos voceros del gobierno. Con cortesía, con inteligencia y una visión nacional, ha superado todas las provocaciones que le ha lanzado el periodismo del establishment. Su nombramiento en la Jefatura de Gabinete cubrirá un flanco que la anterior gestión, políticamente débil, dejó muchas veces sin protección.
5. Conocemos del nuevo ministro de Economía Amado Boudou su excelente gestión al frente del ANSES. Resultan sintomáticos los ataques simétricos a su nombramiento desde la derecha liberal y el progresismo vocinglero. Si los primeros le imputan su falta de reconocimiento en los medios empresariales y financieros -es decir su no pertenencia a la rosca oligárquica-, los segundos lo acusan por su paso como alumno por el CEMA. Queda claro, sin embargo, que, como ha sido característica en los gobiernos kirchneristas, las decisiones últimas y los objetivos estratégicos en materia de política económica, continuarán siendo de resorte exclusivo de la presidencia de la República.
El intento por parte de los grandes medios de maniatar a Cristina Fernández e imponerle una política antinacional parece haber fracasado. Hay voluntad de continuar la pelea por el excedente de la producción nacional para ponerlo al servicio de la reindustrialización y la justicia social. Y en esa voluntad el gobierno se reencuentra con todos los argentinos de bien, patriotas y justos, que anhelan la misma independencia y dignidad nacionales que desplegamos en 1810.
Buenos Aires, 13 de julio de 2009.
Mesa Nacional
Corriente Causa Popular
Federico Bernal (Gran Bs. As.) , Roberto Ferrero (Córdoba) , Eduardo Fossati (Capital Federal), Marta Gorsky (Gral. Roca-Río Negro), Julio Fernández Baraibar (Capital Federal), Luis Gargiulo (Necochea-Buenos Aires), Juan Osorio (Gran Buenos Aires), Rafael Bernal Castro (Gran Buenos Aires), Liliana Chourrout (Gran Buenos Aires), Alfredo Cafferata (Mendoza), Elio Noé Salcedo (San Juan), Ricardo Bernal (Gran Buenos Aires) , Eduardo Rotundo (Capital Federal), Ricardo Vallejos (Zárate-Buenos Aires), Cacho Lezcano (Gran Buenos Aires), Luis Jaimovich (San Miguel de Tucumán-Tucumán), Ricardo Franchini (Alta Gracia-Córdoba), Rolando Mermet (Capital Federal), Horacio Cesarini (Gran Buenos Aires).
                                         *****************
 
5.-
EL GOBIERNO EN LA ENCRUCIJADA
Por Enrique Lacolla
¿Consensuar o afirmar? El gobierno de Cristina Kirchner se moverá, de aquí en adelante, en torno de este dilema. 
Las elecciones legislativas del 28 de Junio han puesto de manifiesto un corrimiento a la derecha de importantes sectores de la sociedad argentina. Entre las principales razones que lo explican figura la torpeza del gobierno para definir, comunicar y concretar una plataforma, su incapacidad para profundizar el modelo de cambio que lanzó en el 2003 y la fragilidad de una opinión muy susceptible de ser captada por el discurso de unos medios que en su inmensa mayoría han pasado a ser parte integrante del establishment que ha deformado la Argentina a lo largo de un siglo medio, con unos pocos interludios en los cuales algunos gobiernos populares intentaron revertir la corriente. Estos intervalos, sin embargo, estuvieron caracterizados por la falta de voluntad para tocar los fundamentos del poder ruralizante que los enfrentaba. Esa timidez les costó la vida. 
La cuestión pasa ahora por saber si la presidente Cristina Fernández y su virtual cogobernante, Néstor Kirchner, sacan las cuentas de este revés electoral y definen una política que no se reduzca a la componenda con el enemigo para llegar con mayor o menor tranquilidad hasta el fin de su mandato, sino que se vincule a una articulación mucho más vigorosa de las políticas que hasta ahora han insinuado. Los primeros síntomas son ambivalentes. La necesaria búsqueda de un consenso con la oposición, que reclamó la Presidenta en Tucumán a través de su llamado a constituir una mesa de diálogo, es una proposición prudente. La cuestión es cuánto y de qué manera se pueden acordar los pareceres para la definición de un modelo de país entre dos proyectos claramente contrapuestos. Por otra parte, en la conferencia de prensa que siguió a la derrota, hubo el ofrecimiento de una rama de olivo a Pino Solanas y a Martín Sabatella y, poco después, un rediseño del gabinete en la cual se perciben señales de pertinacia en el rumbo adoptado desde el comienzo de la gestión de Cristina, lo que significaría que el gobierno está dispuesto a afirmarse en torno de algunos temas claves. 
La transversalidad fue un dato inicial de la gestión Kirchner, que pareció en un primer momento adoptar la tendencia de formar un “frente amplio” para mejor gestionar su tarea. El problema consistió en que esa apertura de campo no buscó los acompañamientos más sustantivos para potenciarse. Luego esa tendencia se revirtió en un repliegue a las filas del justicialismo, ámbito no muy favorable para activar una política de cambio si esta no es vigorosamente propulsada desde la cúpula.
 
Las iniciativas más avanzadas de la gestión del matrimonio presidencial –recuperación de los fondos jubilatorios apropiados por las AFJP y renacionalización de Aerolíneas- no alcanzaron, como es obvio, para propulsar una política de crecimiento estructural. Esta sólo puede ser determinada por la afectación de las áreas decisivas en las que se funda el poder de la oligarquía agroempresaria: el área fiscal, con una reforma tributaria que favorezca una distribución más equitativa de la renta y potencie al Estado para llevar adelante un programa de industrialización sistemático; y el ámbito financiero, donde hay que acotar la fuga de capitales en que se ha especializado la Citi porteña. ¿Lo hará el gobierno, después de seis años de patear el problema hacia delante? 
Un primer intento de empezar a nadar en esas aguas fue la resolución 125, que gravaba la renta descomunal derivada de la explotación de la soja y que podía también, por ese camino, inducir a un aprovechamiento más racional del campo. Instrumentada sin habilidad, es sabido como terminó ese episodio: en la rebelión agraria, en el estado de subversión que implicaron los cortes de ruta y en la fractura del PJ, que tiene importantes fuerzas vinculadas al sector campestre. La guinda que coronó el postre fue el desempate en el Senado de la Nación por obra de Julio Cobos, quien violó la lealtad implícita que el vicepresidente de la Nación debe al primer mandatario y que ha hecho de ese acto de traición la plataforma para su eventual candidatura a la presidencia en el 2011. 
El establishment, en cuanto se sintió afectado así sea forma parcial en sus intereses fundamentales, reaccionó con enorme dureza y con una campaña de prensa de una virulencia inusitada, frente a la cual resaltó la indefensión del gobierno en esta materia. 
La torpeza con que el gobierno enfrentó estos desafíos ayudó a llevarlo al impasse en que hoy se encuentra. Impasse, sin embargo, que no tiene porqué ser un callejón sin salida. Es tarde, desde luego. Después de cuatro años de crecimiento a tasas chinas se hace más difícil revertir la situación en el cuadro de una crisis mundial. Pero la absoluta carencia de respuestas de parte de la oposición a los problemas del país,
su fragmentación y su estupidez fundamentalista, que no tiene otro discurso que el del endeudamiento externo y el retorno a las políticas de los ’90, la hacen en buena medida impresentable. Su triunfo en los próximos comicios sólo podría poner al país al borde del caos y es de suponer que gran parte de la opinión argentina, más allá de la irritación que puede causarle el estilo Kirchner, va a ser capaz de discernir lo que está en juego. 
A una parte de esa opinión llamó la Presidenta en un primer momento, cuando citó al Proyecto Sur y a Martín Sabatella. La acogida que encontró en el referente partidario que se presume debería ser el más próximo al actual gobierno, el Proyecto Sur, de Pino Solanas, no fue muy alentadora. El cineasta parece engolosinado con el 24 por ciento de los votos que obtuvo en la Capital Federal, performance muy meritoria en sí misma, pero que alcanza apenas a completar un dos por ciento a escala nacional. Su respuesta a la invitación de la Presidenta rondó la soberbia, imponiéndole condiciones que desde luego no pueden ser acogidas sin perder la faz y, sobre todo, sin ceder a un ultimátum que ningún Ejecutivo que se respete puede aceptar. No es que esas condiciones sean en sí mismas malas, al contrario; pero la única manera de llevarlas adelante es un diálogo en el que se conserve la dignidad de los interlocutores. 
El rediseño del gabinete anunciado esta semana tiene puntas interesantes, que marcan, probablemente, un esquema que esperamos sea más agresivo en torno a la comunicación y en el rubro económico. La designación de Amado Boudou en Economía y la de Aníbal Fernández como jefe de gabinete son, a nuestro entender, oportunas, toda vez que Boudou genera resistencias entre los voceros del sector más concentrado de la economía, el que debería ser directamente afectado por un real proyecto de cambio. En cuanto a Aníbal Fernández es dueño de un estilo directo y que no elude la confrontación cuando es necesario, cosa que molesta sobremanera a los mentores periodísticos de la opinión pública, que prefieren el ataque lateral y referido a aspectos superficiales de la problemática argentina, a la discusión de sus temas centrales. Esto es, la distribución de la renta y el paso de un modelo predominantemente agrario a otro que combine al primero con una industrialización acelerada del país. La democracia pasa en última instancia por la definición de estos rumbos y, por lo tanto, por un proyecto geoestratégico para la Argentina que tome en cuenta los datos que le marcan su historia y su inserción continental. 
Parte esencial de esta batalla es la revolución cultural que el país se debe a sí mismo. El nombramiento de Jorge Coscia al frente de la secretaría de Cultura de la Nación es un paso positivo en este sentido, pues este otro cineasta deviene de un venero de ideas que nunca pudo configurarse como un partido eficiente, pero que ha influido profundamente en el desvelamiento de los datos principales de nuestra realidad económica y cultural. La izquierda nacional está íntimamente vinculada a los fundadores del pensamiento argentino moderno, agrupados en su momento en FORJA (Frente de Orientación Radical para la joven Argentina), y ha sido un elemento fecundante para las clases medias, favoreciendo su adaptación a las coordenadas reales de nuestra sociedad y, por ende, para su nacionalización progresiva. 
Hay muchas cosas en la bandeja. Hay la posibilidad de un consenso blando, que simplemente aceite la permanencia del actual gobierno hasta el fin de su mandato, y hay también la posibilidad de buscar consensos sustentados sobre bases firmes, que no especulen con la mera supervivencia y que por el contrario busquen prolongarse en el tiempo a través de la profundización, democratización, higienización y afirmación de un proyecto hasta ahora soterrado por el oportunismo. La anunciada reforma política y las internas abiertas podrían contribuir a esto, así como la apertura a las opciones de una democracia directa. En fin, quien viva, verá.  (www.enriquelacolla.com) 
 
6.-
RAZONES PARA LA EMERGENCIA DE LA IZQUIERDA NACIONAL EN LA ARGENTINA:
PINO SOLANAS EN LOS PRIMEROS PLANOS DE LA POLITICA
Las lecciones del 28 de junio
 Las ilusiones de un progresismo sin proyecto de liberación han sido sepultadas por el neoliberalismo representado por los tradicionales partidos del régimen colonial.
 Queda una sola opción para el Pueblo: la construcción de un
Frente Patriótico
para la
Emancipación Nacional
 
Un peronismo progresista, aunque conservador en los hechos, es la imagen que ha adoptado el matrimonio K, su práctica política concretada en estos cinco años, está poblada de menemistas, cavallistas y miembros de la UCD nada arrepentidos.  El peronismo disidente, amontonado precariamente para disputarle el poder, es una remake del menemismo más crudo, irresponsable y cipayo, presentado como alternativa (falsa) frente a la inoperancia (real) de un gobierno carente de energía y voluntad transformadora.
Ante la sucesión de trucos, mentiras e inventos y ante el adelantamiento del acto electoral se extendió el convencimiento, fogoneado por los medios, de que los meses por venir serían peores que el presente.
No obstante estos métodos, el gobierno K mantenía algunos valores de un modelo con rasgos nacionales y populares y luego de la devaluación de Duhalde pagada por los trabajadores, había conseguido integrar a la sociedad a muchos de quienes habían quedado excluidos después de las experiencias del menemato y del gobierno de la Alianza radical-socialdemócrata que concluyó con el derrumbe del 2001. Dejando de lado las razones por la que se efectivizaron, fueron restituidos al patrimonio público algunas empresas de servicios y recuperadas las AFJP. Y se dio un vuelco positivo a la política internacional que se arrastraba desde la década del noventa, abandonándose el sometimiento incondicional de Menem y De la Rúa.
Sin embargo nada de esto fue hecho con el convencimiento y la firmeza necesarios para que no resultaran efímeros. «Hubiera preferido el capital privado», espetaba la Sra Presidenta al nacionalizar Aerolíneas, arrojada en ruinas por los inversores extranjeros, y que (según el proyecto K original) debía ser recapitalizada por el Estado y luego reprivatizada, secuencia necesaria para convertirnos en un país confiable según dice Mauricio Macri. En suma, las medidas positivas que se tomaron carecían de la directriz, la continuidad y la coherencia que podía dar un proyecto nacional. Las fuerzas que pueden sumarse cuando existe un plan integral, terminan muchas veces anulándose unas con otras cuando se carece de éste y se está frente al enemigo.
El Partido Radical, ya enterrado y en estado de descomposición, de cuyo cuerpo la Dra. Carrió había tenido el oportunismo de escapar por su perfil izquierdo, y el justicialismo duhaldista y de los caudillos millonarios de provincias, rearmado con los rezagos del menemismo, junto con algunos dirigentes gremiales absolutamente funcionales al sistema de poder, no toleraban a partir de la rebelión del 2001 el rumbo hacia el cual parecían apuntar los acontecimientos.
En cuanto a Macri, no hace falta gran esfuerzo para caracterizarlo: hijo dilecto de un grupo económico que medraba con el Estado Argentino mientras éste era sistemáticamente desguazado, las consignas que le salen del alma cada vez que habla sin el control de Durán Barba, son las mismas del general Videla o las de Cavallo. Todos ellos forman parte del sistema regido por el imperio y disfrutan como parte de su elite. Pero durante los primeros años del gobierno K no tuvieron fuerza para expresarse.
Cristina Fernández ganó las elecciones presidenciales de 2007 con comodidad y transcurrió con bastante tranquilidad los primeros meses de su gobierno. Su esposo asumió la dirección del Partido Justicialista después de haber aplastado a quien había permitido su ascenso, y cierto aire de eternidad parecía sostener en la cumbre al matrimonio. Pero en el dinámico mundo actual los laureles duran en las sienes menos tiempo que en la Roma imperial.
La ausencia por un lado de un plan agrario, y por otro de una verdadera movilización y organización popular –que por su propia naturaleza el kirchnerismo no podía estimular– más la cerrada negativa a toda negociación, con el lenguaje provocativo sin sustancia política, y su ignorancia de que el frente agrario contenía sectores populares amplios, permitió que las patronales agrarias llenaran de gente el parque de Palermo. La derrota parlamentaria por la que se rechaza la resolución 125 completa la sucesión de golpes que debilitan seriamente al gobierno de Cristina Fernández y que permiten, ahora sí, la recomposición de la rosca oligárquica, que aguardaba agazapada en los directorios de las grandes empresas, y sin discurso creíble, desde el 2001.
La situación económica internacional que había posibilitado a través de las exportaciones agrarias y petroleras, sostener una mejora generalizada, al mismo tiempo que fabulosas ganancias del capital concentrado, no duraría tampoco eternamente.
Una economía crecientemente extranjerizada y primarizada, la ausencia de un plan productivo nacional que permitiera utilizar en la Argentina el ahorro de los argentinos y crear millones de puestos de trabajo legítimos, comienza a crujir al estallar la crisis internacional. El gobierno requiere entonces de recursos cada vez mayores que suplan los de las alicaídas exportaciones, y el intento de obtener estos recursos sigue produciendo enfrentamientos explícitos con algunos sectores de poder. La deuda externa también ha traspasado las tranqueras y las puertas de muchas industrias, y estos sectores no tienen duda sobre quienes tienen que pagarla.
La proximidad de las elecciones dinamiza la acción de los sectores que se oponen a las políticas dignas de aprobación del kirchnerismo, aunque omiten criticar (porque las aprueban) la política de entrega petrolera y minera, y la continuación de la fiesta financiera. Apoyándose en los errores reales del gobierno que aún los sectores populares que lo habían apoyado inicialmente venían advirtiendo, las fuerzas inspiradas por el capital concentrado se reorganizan.
Aliados del gobierno que (como el gobernador Gioja) resultaban espantajos para quien quisiera apoyar un proceso nacional y popular, contribuyeron también a alejar a estos sectores que podemos tragarnos muchos sapos, pero no alimentarnos con un menú compuesto exclusivamente por estos batracios.
Hablando de batracios, la idea K de la transversalidad, como la de las candidaturas testimoniales, se basaba en una aritmética electoral. Tal pragmatismo, carente –nuevamente lo afirmamos– de la idea de un proyecto nacional, sólo podía acercar a las filas oficialistas a pragmáticos de la calaña de Cleto Cobos. Si pudiéramos comparar a este personaje con un niño sin vergüenza, habría que decirle a Néstor Kirchner que ya se sabe que le pasa al que se acuesta con niños. El niño pícaro no solo no agregó, sino que robó votos de la urna K, mientras que se pasea con expresión boba por el país para entrar cuando se le da la gana a la casa Rosada donde lo llevó Néstor. Esto tiene que resultar en una lección para nuestras fuerzas de Proyecto Sur si aspiramos a llevar al gobierno un Proyecto Nacional
En la reorganización de las fuerzas depositarias del poder económico no puede dejar de subrayarse la acción de agitación y difusión masiva de los medios comerciales gestores de primer nivel de la derrota del kirchnerismo a manos de la rosca armada para la ocasión por el poder económico (el sector no asociado con los K). Pero de estas empresas no podíamos esperar otra cosa.
No creemos, como dicen algunos que han defendido a los K desde dentro de sus filas, que influyera en el resultado electoral un problema de comunicación. Creemos que tenían muy poco que comunicar, que sus desvelos diarios en la mesa chica con De Vido y Elsztain no se podían comunicar, y que temían desagradar al poder económico que finalmente dio cuenta de ellos en el acto electoral.
Lo que busca la oposición es claramente comprensible –volver a la Argentina ordenada del Proceso, o de Menem– y este viejo plato ha sido cubierto con la salsa de un discurso moralista, por la seguridad y por la calidad institucional. Es ya muy conocido, pero en ocasiones como esta siempre resulta, pues sectores amplios de la población deseaban castigar al gobierno.
El gobierno buscaba por su parte afianzar un capitalismo controlable por su grupo y para esto le resultaba más fácil la negociación con pocos interlocutores –empresas petroleras, mineras, exportadores, bancos – que con un gran espectro de chacareros y productores, rentistas o no.
Si bien los sectores agrarios se convirtieron en enemigos abiertos, no sucedía lo mismo con los industriales que habían resultado beneficiados también por la devaluación del 2002 que pagaron los trabajadores. Pero amontonados por el temor por la nacionalización venezolana a la planta de Techint que, según ellos, el gobierno no defendió adecuadamente, parecen haber tomado ya otro rumbo.
Es conveniente dejar registrado en nuestra memoria que una delegación de la UIA viajó a Estados Unidos poco antes de las elecciones. La Nación refiere que tales patriotas, que pidieron el apoyo de la presidenta para el capital argentino frente a Chávez, se quejaron ante el Departamento de Estado por la conducta de su propio gobierno y del venezolano. El periódico de los Mitre pretendió dar con esto otro palo al gobierno: nosotros creemos que es un argumento a su favor.
No dejamos de reconocer que el gobierno K buscó que no se desmoronara del todo el poder adquisitivo del salario, pero al seguir pagando la deuda de origen delictivo, sin proyecto productivo integral y sin una movilización y organización popular, se lo hizo a través de Guillermo Moreno que entabló un pintoresco combate contra un grupo de megaempresas formadoras de precios. No resultó difícil para los grupos Clarín y La Nación convertir a Moreno en el émulo de Don Corleone y a las megaempresas en sus víctimas. El personaje tampoco se sustraía a esta imagen y así quedó registrado junto con las cifras truchas del INDEC en el imaginario colectivo.
El proceso que recorrió el gobierno K se asimila en algún aspecto a otros que ya hemos visto en nuestra Patria y que podría simplificarse así: al asumir una nueva fuerza cumple alguna de las promesas que le permitieron llegar a él satisfaciendo algunas reivindicaciones populares. Luego la presión del poder económico nacional e internacional, lo van induciendo a sucesivos ajustes y a permitir mas succión de renta por los grandes grupos. Si este gobierno modelo siglo XX, cede a las presiones, como ha ocurrido con muchos de los gobiernos elegidos, queda imposibilitado de mejorar la distribución del ingreso y avanzar en una política nacional, lo que le irá enajenando el apoyo popular con el que contaba inicialmente. En esta situación el gobierno debe recostarse cada vez más sobre el poder económico y esto lo sigue alejando de los sectores populares. En la etapa final los grupos concentrados le terminan negando su apoyo por no considerarlo uno de ellos y porque saben que ya nada tienen que temer dado que el grupo gobernante ha perdido también su base popular. Es el fin.
En resumen:
      Las fuerzas políticas que ganaron esta elección para la renovación parlamentaria son de cuidado, no por su base popular, por su calidad militante ni por la talla de sus dirigentes, sino porque son la expresión de fuerzas económicas reales que detentan el poder en la Argentina.
      El grupo heterogéneo que se nucleó alrededor de los Kichner, está todavía en el gobierno y creemos que para llegar con cierta normalidad al 2011 pueden intentar las siguientes alternativas:
a) Negociar con el poder económico nacional e internacional y ceder terreno entregando más soberanía y poder adquisitivo de los salarios (entre otras medidas estos grupos empujan una devaluación, que les permitan hacer pagar la crisis a los trabajadores)

b) Producir una convocatoria amplia a los sectores nacionales y populares junto con un debate real sobre las medidas a adoptar para no ceder terreno frente al poder económico.
c) Lo más probable: que el gobierno mezcle las dos alternativas según las circunstancias, y siga sin plan alguno confiando en la muñeca política de Néstor Kichner.
 En cuanto a la posición a adoptar por Proyecto Sur, creemos que, como se ha hecho hasta ahora, deberemos seguir el camino para la soberanía que nos hemos trazado, apoyando al gobierno ante el ataque que los grupos de poder económico lleven a cabo, sea a través de cámaras o asociaciones empresarias, embajadas, o a través de las fuerzas políticas que resultaron las primeras minorías en Capital, Buenos Aires o en el resto del país, pero manteniendo nosotros absoluta independencia de manera de luchar por las reivindicaciones nacionales que han caracterizado a Proyecto Sur, oponiéndonos al kirchnerismo cuando sea necesario.
También es necesario que distingamos bien entre métodos (como los que con razón se les critica al gobierno) y contenidos políticos y económicos que llenan, ocultos por discursos vacíos, el ideario del justicialismo opositor, el Pro y la Coalición Cívica. Siempre serán los últimos más importantes que los primeros. Tener en cuenta esta premisa es una de las condiciones para no ser atrapados en las redes alienantes de los medios de difusión.
 El resultado en la Capital
 El resultado de las elecciones en la Capital mostró una tendencia muy distinta a la del resto del país: un segundo puesto para Pino Solanas lejos de la Coalición Cívica que resultó tercera, lo que significa un enorme crecimiento de nuestra fuerza. Y una disminución del 62 al 32 por ciento del Pro (50 % con respecto a la última elección). Como era de esperar los medios quitaron relevancia a este último aspecto del balance electoral.
¿Por qué nos votaron así los porteños? Se suman aquí distintas causas. Si bien influyó el deseo de castigar al matrimonio gobernante –reconozcamos que la Capital es uno de los distritos donde cuenta con menos aceptación– también es cierto que tenían varias opciones para hacerlo. ¿Por qué eligieron entonces a Pino en vez de a Prat Gay o a expresiones de la izquierda tradicional?
Los análisis practicados sobre el origen de los votos muestran el peso que la juventud tuvo en el caudal de Proyecto Sur. Creemos que confluyen aquí la imagen de Pino Solanas, separada por un abismo de la de los políticos charlatanes indignos de respeto, junto con razones políticas: buena parte de la población de la Capital percibe ya no sólo el peligro y la injusticia del neoliberalismo tras las sonrisas y los discursos vacíos, sino su inutilidad para resolver los problemas reales de la sociedad. Creemos que los resultados muestran una renovada conciencia nacional, la necesidad de reflexionar sobre los problemas colectivos y solucionarlos, y el entendimiento de que pocos problemas individuales se resuelven individualmente. Si esta nueva corriente asimiló la problemática argentina expuesta casi únicamente por Fernando Solanas, quizá no sea demasiado optimista pensar que se ha empezado a rechazar el posmodernismo hedonista que endiosa al consumo.
Se observa también que han votado menos a Proyecto Sur los sectores de más altos ingresos, y tenemos un mayor caudal en los sectores de mayor instrucción. Asimismo la franja de menores ingresos dirigió su voto en la Capital al candidato del gobierno, lo cual debe representar un motivo de reflexión y un desafío para nosotros.
Está en las manos de los militantes de Proyecto Sur la lucha por extender este enorme crecimiento relativo al resto de las provincias argentinas.
 Conclusión y síntesis
Después de la derrota del 28 de junio el nuevo presidente a cargo del justicialismo, el una vez menemista y por ahora kirchnerista Daniel «Cámara» Scioli, otro personaje que apuesta todo a la imagen mediática, ha afirmado que es necesario «despolitizar la agenda». Curiosas palabras de un político en momentos en que si algo debe tomar la iniciativa es la política. Y es que en su visión, «política» es sólo la politiquería que ha practicado y visto practicar durante toda su vida. Ni siquiera se imagina que pueda existir otra forma de política. Y aquí está el meollo de la tragedia actual. Porque esa renuncia a hacer política, esa muerte de la política decretada por el neoliberalismo y aceptada por el kirchnerismo durante su gobierno, es la clave para entender no sólo el crecimiento opositor que determinó su derrota electoral, sino la gigantesca depreciación cualitativa de la política nacional de los últimos años. El capital concentrado no necesita ni quiere política pues puede administrar su poder desde los directorios y utilizando a sus socios en los tres poderes del gobierno.
Contrariando al encumbrado ex-deportista náutico, Causa Nacional afirma la necesidad imperiosa de desenterrar la política del sumidero al cual fue arrojada por la partidocracia y resucitar el vínculo vital entre los ciudadanos y sus organizaciones para recomponer ese clima de participación, patriotismo, ideas y sueños de justicia que será el único camino que podrá sacar a la Argentina y a los argentinos del marasmo letal en que se encuentran. Las tareas para el campo popular son inmensas y complejas. Las lecciones del kirchnerismo no deben caer en saco roto.
Es hora de gestar un Frente Patriótico para la Emancipación Nacional que recoja lo mejor de los antecedentes argentinos y latinoamericanos en pos de la soberanía y la autodeterminación y que aliente la libre creatividad de nuestro pueblo en la búsqueda de los caminos hacia su definitiva liberación de los imperios y de la explotación, haciendo realidad el sueño de los próceres que forjaron nuestra nacionalidad suramericana. Energía y dignidad patrióticas sobran en el Pueblo Argentino. Sólo sobre ellas podrá reconstruirse el Estado y recuperar la Nación.☼
7.-
Agrupación Causa Nacional
¿ES PINO SOLANAS EL LIDER QUE PERMITIRÁ RENACER AL PERONISMO?
Por Walter A. Moore
Sin dudas, Pino Solanas es el gran ganador de las últimas elecciones.
No se puede decir lo mismo de esta nueva especie de Unión Democrática, la nueva combinación de derechas, ahora conducida por ignotos pools de siembra, los mismos antes comandados por el embajador norteamericano Spruille Braden, buscando derrotar a Perón.

Como tantas veces en la política argentina, no han ganado los gorilas, sino que perdió el gobierno, o la conducción inadecuada del peronismo, al que siempre el Pueblo argentino le otorga una nueva oportunidad, porque el peronismo se encuentra en las raíces mismas de la cultura originaria de estas tierras, en la cultura comunitaria, que únicamente el peronismo tiene el propósito de organizarla para enfrentar los nuevos tiempos.
Pino Solanas no ganó hablando mal del Gobierno, lo hizo proponiendo la recuperación de las políticas peronistas, y la esencia del discurso peronista, que es el de decir la verdad, describiendo la realidad y proponiendo como corregir seis décadas de dislate.
Kirchner recibió el apoyo por levantar una nación que los gorilas de todo pelaje habían puesto casi de rodillas. El  Pueblo premió esa acción con una brillante re-elección. Pero ahora la Argentina está para más. Y el actual gobierno ha mostrado sus limitaciones, su falta de aspiraciones para la Patria, que confundió con las suyas propias.
La Gorilada liberal-pseudo peronista cuya máxima expresión fue el menemismo, quiere reagruparse en torno a los que no han dado pie con bola en un cuarto de siglo. El pueblo puede tolerarlos si no aparece algo mejor, alguien realmente peronista, si esto no sucede, va a optar, como siempre, por lo menos peor; únicamente porque no se le ofrece algo mejor.
Y Pino Solanas aparece con su Proyecto Sur, que propone, sin duda algo mejor. Un modelo que recupera lo mejor del peronismo, y cuya convocatoria abierta, permite imaginar que puede remozar la política en general, con los jóvenes que piensan y tienen ideales más consistentes que el cerval oportunismo demostrado por los que se han insertado en los partidos tradicionales hasta ahora, donde el reparto de cargos era lo principal y la obra para construir un futuro de grandeza para nuestra Patria y lograr la felicidad de todo el Pueblo, fueron, en el mejor de los casos, palabras tan vacías como el falso entusiasmo al cantar la Marcha Peronista.
Pino Solanas no ganó estas elecciones porque nació en San Isidro, ni porque es un cineasta reconocido, sino porque ha reiterado por todos los medios a su alcance cuales son las políticas que propone. El Pueblo está harto de oportunismo, y encontró a alguien que sostiene lo que realmente piensa con la coherencia de su discurso político, de su actividad militante de muchas décadas y de su trabajo como cineasta.
El método político de Proyecto Sur también es diferente del que usan los viejos partidos, reciclados o no. No no abre un bolsillo de payaso, como los paracaidistas de siempre, no convoca con promesas, sino con propuestas, y esto conlleva una gran verdad: Que en la Argentina está todo por hacerse después de 60 años de destrucción. Además el nombre Proyecto Sur alude a un proyecto integrador y orgulloso de nosotros mismos, mientras que el Frente para la Victoria, omitió aclarar en qué se pensaban utilizar esa victoria.
En la complejidad casi incognoscible de la política argentina hay una certeza: Nadie gana una elección nacional sin el apoyo del Peronismo. Por eso tantos gorilas hacen profesión de fe peronista. La ingenuidad y bonhomía del Pueblo los acepta pero sin ser engañados, pues el Peronismo es parte de nuestra esencia nacional, y eso no se aprende ni se compra, y muchos han pagado por ese error.
Pino tiene más pergaminos como Peronista de los que puede mostrar ninguno de los otros aspirantes, y no por haber lucrado con la política, sino por haber usado sus saberes en función del proyecto que impulsó Juan Domingo Perón, y a eso le unen ahora las “medallas ganadoras” que reclama ese invento de Menem llamado Reuteman, exitoso productor sojero, santificado por los que proponen “Subir a la peonada a los camiones, diciéndoles por quienes tienen que votar”. No puede compararse con un oportunista impenitente y poco exitoso como Solá, un millonario colombiano con un tatuaje carcelario, o un cadáver resucitado como Duhalde, ni tampoco con los nuevos jugadores de provincia, que hacen de sus pocas luces una virtud.
Ninguno de ellos parece en condiciones de poder convocar eficazmente a las masas populares, pero si Pino Solanas asume plenamente su condición de patriota, si hace profesión de fe de los principios instalados por Perón, dejando de lado ostensiblemente al anquilosado partido Justicialista, si no le abre la puerta a toda la troupe de traidores a la Patria que se desgañitaron cantando la Marcha Peronista, el cariño del Pueblo acompañará a ese fervor que no muere por las propuestas de Perón.
El gran desafía que enfrenta Pino Solanas es modernizar su fuerza política, para enfrentar la muy favorable coyuntura internacional que adviene. Este es el momento de proponer la reconstrucción de la Argentina Potencia que Perón logró, pero que ante el ataque de las fuerzas combinadas del Imperio Global, no pudo sostener. Ese imperio euronorteamericano, hoy aparece debilitado por su propio éxito en saquear al planeta entero, y esa puesta en evidencia permite el consenso necesario para construir  la alianza anti-imperialista propuesta por Perón. Nadie puede negar la potencia del gran Frente Latinoamericano que se asoma, pero que no se concreta porque no encuentra un cuerpo de doctrina que aglutine a todas nuestras fuerzas, o sea un liderazgo continental basado en la actualización doctrinaria del peronismo.
Esto es lo que soporta firmemente la victoria de Pino Solanas, que la gorilada peronista insiste en afirmar que es sólo un éxito en esta ciudad atípica que es la Capital Federal.
Pino Solanas tiene pergaminos de peronista de verdad, y desde hace décadas, medallas ganadoras como candidato, coherencia política de toda la vida, y un conjunto de proyectos esencialmente peronista para reencauzar el país, todo lo cual conforma un hándicap difícil de alcanzar por los otros contendientes al gobierno de la Argentina.
Ningún otro parece tener la talla para llevar adelante el mandato histórico de construir el Continentalismo Sudamericano, de instalar en todo el continente la Justicia Social, la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Conciencia Ambiental, una última gran instrucción de Perón cuya clarividencia advirtió de la mayor crisis actual a los Gobiernos y Pueblos del Mundo apenas iniciada la década de 1970.
 
Buenos Aires, 14 de Julio de 2009