LA DIGNIDAD Y LOS DISCURSOS: BOLIVIA EXPORTA GAS, COCA Y DISCURSOS

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Publicado el 01/08/2009

Cuando alguien asume algún desafío tiene que estar preparado, lo dicen infinidad de refranes de la sabiduría popular. Para cazar al tigre, para ir a una guerra, para lanzarse a una piscina, etc. se requiere de saberes, tácticas y estrategias. El Gobierno boliviano en los últimos años optó por mostrarse desafiante ante la primera potencia mundial. Ahí viene la gran pregunta: ¿estaba preparado? Claro, surgen varias otras interrogantes sobre la verdadera naturaleza de los discursos a voz en cuello y los hechos. En política muchas veces no se sabe quién trabaja para quién.

 

Pero asumamos que el Gobierno de Evo Morales se lanzó a una gesta antiimperialista y tomemos sólo un ingrediente del pleito: el ATPDEA.

 

“Tenemos algunos problemas el tema de ATPDEA con Estados Unidos, pero por encima de algunas reivindicaciones sectoriales,  regionales o de comercio está nuestra dignidad”, aseguró el presidente Evo Morales hace un mes. Estaba fresca la suspensión, después de casi una década de la concesión comercial más sonada de EEUU a Bolivia. Brindaba beneficios arancelarios a las exportaciones en compensación a los resultados de la lucha antidrogas.

 

En ese marco, Evo Morales asumió una actitud soberana, sí. ¿Se preparó para el resto? “Dignidad” primero, sin duda. ¿Y el aparato productivo para decirle a EEUU que no nos importa lo que haga o deje de hacer?  

 

Ahora decenas de empresas, centenares de microempresarios y miles de trabajadores bolivianos reclaman. ¿Pensó este gobierno, basado en el “socialismo del siglo XXI”, por lo menos en éstos últimos? Para ellos guardar la dignidad, a diferencia de los empresarios y las autoridades, les significará también penurias y más explotación.

 

Trasciende que por lo menos 20 mil trabajadores, la mayoría mujeres serán los directos afectados. Mal que mal los empresarios se acogieron a facilidades propias de las economías donde se apuesta a la poca competitividad y las lisonjas del poder. ¿Pero los obreros y obreras?

 

En el colmo la situación le sirve a EEUU para volver a señalar a Bolivia como un narcopaís. No ratifica el ATPDEA porque un informe estadounidense indicó una "explícita aceptación y el estímulo a la producción de hoja de coca desde los más altos niveles del Gobierno boliviano. También el creciente y descontrolado incremento de los cultivos de coca tanto en Yungas como en el Chapare y la venta de coca a los traficantes de droga".

 

Exagera el informe? Al margen de una siempre cuestionable doble moral en el sistema estadounidense sobre el tema, resulta evidente que lo que dice ese texto no está lejos de la verdad. ¿Qué tan digna es hoy la lucha del Gobierno contra el narcotráfico y las drogas?

 

Los mayores defensores de la hoja de coca se muestran decepcionados de que este régimen no haya sabido dignificarla. Se ha masificado la producción de la coca útil al narcotráfico mientras que los proyectos para producir la ecológica así como los de la industrialización fracasaron.

 

Así nada parece funcionar. Al menos nada parece funcionar a favor del pueblo boliviano y las generaciones venideras. Bolivia aún no tiene cuerpo para soslayar las extorsiones económicas extranjeras. Ante la falta de condiciones, garantías y políticas productivas muchos pensarán, una vez más, en irse o buscar el lucro fácil. Claro, quienes gocen de cierta privilegiada posición.

 

Las inversiones extranjeras, salvo las hasta ahora mañosamente toleradas por el Gobierno, tampoco vendrán a ese escenario. Es decir, llegarán, como siempre, saqueadores con fórmulas fáciles. Trabajarán de manera eventual y pactada, ajustados a la anomia, la corrupción y las limitaciones de control fiscal. En el actual marco, nada más.

 

“Bolivia sólo exporta gas y seres humanos”, decía un aplaudido dirigente en el Foro de Porto Alegre el año 2002. Era Evo Morales. Hoy casi podríamos parafrasearlo: Bolivia exporta sólo gas y coca. Claro, también discursos, que le piden dignidad a quienes probablemente pasarán hambre.