RECUERDOS SOBRE EL HISTORIADOR BOLIVIANO JOSE LUIS ROCA Y SU RELACION CON CHILE.

Por:
Leonardo Jeffs Castro

Publicado el 01/08/2009

Al tomar conocimiento del fallecimiento hace ya algunos meses en La Paz del historiador boliviano José Luis Roca he decidido dar a conocer algunas reflexiones. Si bien José Luis se dedicó a múltiples actividades en su vida, destacan, a mi juicio, entre ellas la de historiador y periodista. Sin embargo no es posible ignorar su desempeño como político, parlamentario y diplomático. En realidad la vida de cada uno es un todo. Pero hay más de algo en común en los oficios de historiador y periodista que es el de investigar y comunicar, como diría sabiamente Gunnar Mendoza.  En realidad José Luis fue un comunicador sobresaliente, tanto de sus investigaciones como de sus vivencias; en ellas reflejaba sus inquietudes y anhelos. 

 

Me interesa destacar aquí su relación con Chile. Recuerdo mi primer encuentro con él en 1987 como Presidente de la Sociedad Boliviana de Historia oportunidad  en la cual fue a excusarse por no poder asistir a la Conferencia que di en la Sede del Instituto de Cultura Hispánica de la Paz sobre Aquiles Vergara Vicuña. Al cabo de un tiempo, en 1990, recuerdo  su presentación sobre el Regionalismo en Bolivia  en el Segundo Seminario sobre Historia y Realidad Contemporánea de Bolivia para estudiantes y profesores chilenos organizado en La Paz por el Instituto Chileno-Boliviano de Cultura y  Martha Alvéstegui Alexander. Allí me presentó a  Alberto Zelada Castedo quien había sido designado como Cónsul General de Bolivia en Santiago, con el cual tenía una gran amistad y con quien tuve que relacionarme en mi condición de Presidente del Instituto Chileno-Boliviano de Cultura. Fue en 1991 que gracias a la iniciativa de José Luis y los apoyos de Alberto Zelada y del Ingeniero José Vázquez se pudo concretar un viaje y unas experiencias muy significativas para las relaciones chileno-bolivianas. Dicho evento se materializó con la venida a Santiago de José Luis, el historiador, político y diplomático Valentín Abecia, y el ingeniero José Vázquez y sus respectivas esposas. Dentro de las actividades realizadas cabe recordar la entrega a las Bibliotecas de diversas Universidades de Santiago, a la Biblioteca Nacional, y a la Biblioteca del Congreso Nacional de ejemplares de las Obras Completas de los historiadores bolivianos José y Humberto Vásquez Machicado,  la colocación de una placa en el Instituto Nacional en recuerdo del historiador y bibliógrafo boliviano Gabriel René-Moreno, quien fuera en dicho establecimiento profesor y Director de su Biblioteca, la cual llegó a ser bajo su dirección una de las más importantes del país. También cabe recordar que en esa oportunidad Valentín Abecia dio una Conferencia en la Biblioteca Nacional sobre el Mar en la historiografía Boliviana y que todos ellos participaron en la Inauguración de las Primeras Jornadas de Análisis y Reflexión sobre las relaciones chileno-bolivianas, organizadas por el Instituto Chileno-Boliviano de Cultura. En dicho acto José Luis junto con el historiador Eduardo Cavieres presentaron sus propias visiones de la historia de ambos países y sus puntos de encuentro y desencuentro.   

 

Posteriormente vinieron diversos viajes de José Luis a Chile y algunos míos a Bolivia, donde tuve la oportunidad de comprobar su espíritu fraterno y acogedor que lo animaba a él y a su esposa Myriam. En esos viajes no faltaba el regalo de sus obras, algunas de las cuales fueron obsequiadas a la Biblioteca de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso.

 

Respecto de mis viajes a Bolivia quiero recordar las tertulias que organizaban los domingos en un Hotel Céntrico de La Paz algunos intelectuales bolivianos. Concurrí allí algunas veces por invitación de Mariano Baptista Gumucio, entre los participantes estaba José Luis.
Gracias a él fui recibido en forma especial por el historiador Alberto Crespo Rodas.

 

Además, quiero recordar la imborrable experiencia que tuve de participar en un viaje por las localidades peruanas del Lago Titicaca, organizada por la Fundación Huáscar Cajías, en el cual José Luis se fue refiriendo a las luchas emprendidas en dicha área durante el proceso de la Independencia, uno de sus temas favoritos en su producción historiográfica, junto a Fernando Cajías quién se refería a la cultura expresada a través de los templos existentes en dichos pueblos. José Luis fue acompañado en dicho viaje por Myriam y por su hija Juanita,  la cual se graduó de Licenciada en Historia en la Universidad de Chile.

 

José Luis tenía un especial afecto por Chile, recordaba que uno de sus abuelos era chilote, también recordaba su amistad con el historiador Alvaro Jara, y, sin rencor, su arbitraria detención en Chile a raíz del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Siempre propició la reapertura de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile, como un medio más efectivo para negociar el tema marítimo.  En muchas oportunidades, estuvo dispuesto a participar en los eventos a los que se le invitaba en Chile. Entre ellos me pernito destacar su participación  en las III Jornadas de Historia de las Relaciones Internacionales organizadas en el 2005 por la Universidad de Valparaíso y la Universidad de Viña del Mar,  y su disposición para integrar el Consejo Asesor de la Revista Estudios Latinoamericanos, editada por el Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL), dependiente del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso.       

 

También recuerdo sus deseos de que se editara en Chile la obra de Robert N. Burr “BY REASON OR FORCE: Chile and the Balancing of Power in South America, 1830-1905”, la cual había traducido al castellano. Sobre ello estuvimos conversando en su último viaje a Viña del Mar y Valparaíso en octubre del 2006. Esperamos contribuir a publicarla como un homenaje chileno a José Luis.

 

 

 

Viña del Mar, 02 de agosto de 2009