EL CHACO Y PETROBRAS

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Publicado el 01/11/2009

¿Qué Petrobras no tiene nada que ver con la sequía en el Chaco? Claro que tiene que ver y no es difícil explicarlo:

 

Casi perdida en el mar de información internacional cotidiana, hay una que dice: “ Petrobras ha concluido hoy (30/10) la oferta de títulos en el mercado internacional de capitales, por valor de US$ 4 mil millones y vencimientos en 10 y 30 años, realizada a través de su subsidiaria integral Petrobras Internacional Finance Company (“PifCo”).
Los recursos captados con esta emisión se destinarán a liquidar el saldo remanente de los préstamos puente con plazo de dos años captados a inicios de año, así como para otros fines corporativos.

 

¿Por qué ellos sí pueden y nosotros no?

 

Porque nuestro equivalente a Petrobras, o sea YPFB, no puede emitir títulos negociables en el mercado internacional de valores, porque la condición primordial, sine qua non, para ser finos, es que sea una corporación constituida y manejada con incuestionable transparencia y eficiencia. No lo es porque se ha estado manejando como botín político y escampadero burocrático. Los detalles lo encontramos en la información policial y judicial.

 

Las reservas de hidrocarburos son para Petrobras activos negociables. Para Yacimientos se hizo el intento de así fuera, pero no nos dejaron y ahora gran parte se contabiliza en emprendimientos con formato SAM (Sociedad Anónima Mixta), que beneficiarán a quien sabe quien, pero no a YPFB ni a Bolivia.

 

La vida continúa, sin embargo, y hace falta capital. El expediente más fácil y más peligroso para obtenerlo es recurrir a la banca. Toda la banca opera con intereses y con condicionamientos y los del Banco Mundial no son los más suaves y si no que lo digan los argentinos.

 

Esa es una sequía de capitales que no se puede atribuir a San Pedro, sino a la mala gestión de nuestra macroeconomía.

 

La otra sequía, la meteorológica, es decir la ausencia de lluvias, encaja en la misma lógica. Algunos (sin ánimo de ofenderlos) deben suponer que es pura hostilidad de San Pedro. Otros creemos que la depredación del medio ambiente casi ha acabado con las fábricas naturales de lluvia.

 

La pobreza es el peor azote de la naturaleza y nosotros seguimos actuando como pobres. Como mendigos sentados en silla de oro, decían los viejos.

 

Registrando hidrocarburos y litio como recursos de nuestra legítima propiedad, hagamos lo que hagamos corporativamente luego con ellos, si lo hacemos con eficiencia y transparencia, muchos estarían interesados en invertir ahí. Y nos evitaríamos deambular mendigando préstamos.

 

Los excedentes generados de esa manera nos permitirían dejar de castigar a la naturaleza, administrar bien el agua, los bosques y hasta el paisaje, que especialmente en Tarija es un patrimonio que está en peligro.

 

Y no tenemos que inventar de nuevo el agua tibia ni el hilo negro. Por eso comenzamos comentando lo que hace Petrobras, que no es santo de nuestra devoción, por supuesto, y por eso mismo duele más que ellos lo hagan y nosotros no.

 

Así dejaríamos de estar clamando al cielo que nos mande una lluviecita.