ESTRATEGIAS Y TACTICAS EN LA OMC

Por:
Umberto Mazzei

Publicado el 01/12/2009

La negociación en la Organización

Mundial de Comercio (OMC) tiene otros dos temas importantes, además de
los bienes agrícolas e industriales. Se trata del Comercio de Servicios
y de la protección de Propiedad Intelectual. En el primero se trata de
liberar la circulación de los servicios y en el segundo se trata de
impedir la circulación de los conocimientos. El primero mira a
privatizar los monopolios de servicios públicos y el segundo busca
ampliar monopolios privados de la ciencia.

Los servicios

La apertura al comercio de servicios puede ser riesgosa. Quien lo dude,
que mire el resultado de la apertura financiera a los falsos “productos”
de Wall Street. En la economía clásica, los servicios son casi
ignorados. Ahora se les da tal importancia, que se les considera actores
de una supuesta “economía post industrial”. Una visión aplicable a
Estados Unidos y un Singapur, pero no al modelo Chino o de la Unión
Europea. La mayor apertura en servicios se da en los TLCs (Tratados de
Libre Comercio), pero también se negocia en la OMC.
 
Las barreras al comercio de servicios no son aranceles, son normas y
reglamentos de alguna legislación: nacional, regional, municipal o
gremial. Las medidas que restringen el comercio de servicios son
clasificadas en el Artículo XXVIII del Acuerdo General sobre Comercio de
Servicios (AGCS/GATS) de la OMC, que se refleja luego en los TLCs, la
Decisión 439 de la Comunidad Andina o el Protocolo de Montevideo de ALADI.
 
La definición de los servicios ya es complicada. The Economist los
definió como “aquello que se puede vender y que no puede caer sobre su
pie”. Los servicios son intangibles, invisibles e instantáneos (no hay
acumulación). También hay que diferenciar entre el bien tangible y la
prestación del servicio, como diferenciar el teléfono de la llamada.
 
Algunos definen los servicios por su efecto, lo fundamental, sería "el
cambio en la condición de la persona o el bien afectado". Sin embargo,
hay servicios para prevenir cambios - como la seguridad - o para cambios
indeseables - como los seguros. Hay quienes, empíricamente, los definen
como toda actividad económica fuera de la agricultura o la industria;
los servicios serían un sector terciario, que apoya a los otros con
educación, comunicaciones, distribución, transferencias, suministros,
transporte y un largo etcétera. Los servicios se reparten en áreas de
servicios y creo que la división más básica es la de servicios públicos
y servicios privados. No es que sea clara, porque hay zonas grises en
distribución pública, pero considero como públicos a los servicios de
infraestructura que atienden a una comunidad física.

Importancia estratégica de los servicios públicos

Curzio Malaparte, en “La técnica del Golpe de Estado”, revela la
importancia estratégica de los servicios públicos, cuando recomienda
ocupar primero los centros distribuidores de electricidad, agua,
transporte, combustible y telecomunicaciones. Centros que también
persiguen los bombarderos. Por eso, es peligroso para la seguridad
nacional dejar servicios públicos en manos de empresas extranjeras. Un
ejemplo son Estados Unidos, que impidieron a una empresa de Dubai
licitar para manejar la terminal de un puerto o a una petrolera china la
compra de una petrolera norteamericana y que prohíbe el cabotaje
marítimo extranjero.

Los servicios públicos son de máxima importancia, porque encausan al
país. Una desigualdad en cobertura y calidad aumenta el desajuste entre
tejido social y desarrollo económico, eso incrementa la inseguridad
pública. También inciden tanto en la calidad del desarrollo intelectual
y técnico como en la producción y circulación de bienes y servicios
privados.
 
Es muy comentada la ineficacia del los servicios administrados por el
sector público de países en desarrollo y también en alguno desarrollado.
Es cierto que hay mucha ineficiencia y corrupción en servicios
esenciales como salud, sanidad, electricidad, ambientales, agua,
educación, pero eso no lo resuelve su privatización. Quien lo dude, que
mire el caso Enron.

En el servicio público, cobertura y calidad son la medida del éxito. Eso
implica atender todos los lugares poblados, aunque no sean rentables;
algo poco atractivo para una empresa privada. La calidad se mejora con
una buena supervisión pública, en que las comunidades atendidas
participen y puedan señalar las fallas. Hay ejemplos exitosos en Europa
y algunos en América Latina. Los servicios públicos suelen ser
monopolios y eso atrae a las empresas privadas, para fijar los precios
de mayor ganancia; precios que no son accesibles para los pobres.
 
Los servicios privados en OMC

El comercio de servicios ha sido clasificado en cuatro modos de
prestación. Modo 1, llamado Comercio Trans-fronterizo, por ejemplo,
acceso a Internet. Modo 2, llamado Consumo en el Extranjero, como el
turismo. Modo 3, Presencia Comercial que autoriza la presencia de
personas jurídicas, como bancos, etc.. Modo 4, Presencia de Personas
Naturales, que es la presencia temporal de personas para una prestación,
como consultorías, construcción, etc.

Los dos primeros modos de prestación se mencionan poco en la
negociación. La polémica gira entorno a las dos presencias. Los países
desarrollados – agentes de las transnacionales - piden Presencia
Comercial en todo, en especial en servicios públicos y para compras de
los gobiernos. Los países en desarrollo – abundantes en mano de obra -
piden acceso temporal a Presencia de Personas Naturales.

Por ahora, la negociación en la OMC se circunscribe a cuanto interesa a
las grandes empresas transnacionales. Estas, no quieren contratar
servicios de apoyo con empresas o profesionales “nativos”, quieren
apertura para su sequito; que son las empresas que apoyan a la casa
matriz en contabilidad, publicidad, distribución, apoyo legal, etc. La
transnacional, en Bogotá o en Lima, quiere seguir con la Arthur Andersen
que da fe pública a sus cuentas en Nueva York, más aún (caso Enron et
al.) cuando practica una contabilidad creativa.

El interés de los países en desarrollo en abrir la presencia temporal de
personas físicas en la OMC sólo se propone, pero que aún no se discute.
 
El punto de la negociación

En estos días, el debate sobre servicios se centra sobre la
reglamentación nacional. Desde hace un par de semanas un grupo de países
que incluyen Australia, Chile, India y Nueva Zelandia quieren conversar
primero sobre normas nacionales antes de negociar el acceso al mercado.
Los países ricos, sobre todo los proveedores de servicios financieros,
no muestran interés. Lo de siempre, quieren apertura ajena sin alterar
nada que les concierna. Ron Kirk, Representante Comercial de EE.UU.,
dijo, hablando de la Ronda Doha "… no habrá acuerdo sin un buen
resultado en los servicios que abra nuevas oportunidades de mercado”.
Asumimos que se refiere a un mercado también para los bancos de los
“derivatives” fraudulentos.

El punto es que, desde la explosión de la crisis financiera, muchos
países - desarrollados y en desarrollo – son concientes de la necesidad
de regulaciones nacionales y ponen más atención a los temas tratados por
el Comité sobre Comercio de Servicios Financieros. Allí se discuten
propuestas para mejorar el marco normativo en todos los países.
 
Hay tres propuestas sobre servicios financieros.
a) La de Estados Unidos, para mayor intercambio de información sobre
seguros de vida.
b) La de Pakistán, sobre un reglamento para la banca y el comercio
electrónicos, por los problemas para manejar el aumento del tráfico.
c) La de Argentina, Ecuador, India y Sudáfrica sobre reglas para
controlar servicios financieros.
No hay consenso sobre ninguna.

En el Consejo de Servicios se propuso, entonces, un estudio en dos
etapas. La primera, sería una lista de las disposiciones del AGCS sobre
servicios financieros y una bibliografía de las publicaciones sobre el
tema, que se presentaría en una sesión especial. Hasta allí no hay
oposición. La segunda fase, por insinuación de Argentina y Ecuador,
contendría un análisis de los estímulos que han afectado el comercio de
servicios financieros. Sus conclusiones serían “no imputables", esto es,
sin acusar a países por las medidas tomadas. Estados Unidos no lo
acepta, como si los grotescos “apoyos” a sus bancos fuesen un secreto y
no algo reportado y comentado por toda la prensa mundial.
 
Propiedad Intelectual

El tema que más se trabaja es la protección de los vinos y bebidas
espirituosas, con un sistema multilateral de notificación y registro de
indicaciones geográficas. El propósito es segmentar los mercados para
obtener monopolios artificiales. La discusión gira sobre cuando
notificar, cómo notificar y cómo registrar. Hay tres posiciones que
giran desde la Ministerial de Hong Kong. Una hibrida, de Hong Kong
(anfitrión). Una amplia y estricta de los europeos, que además de vinos
quiere abarcar agroalimentarios. Una “propuesta conjunta”, que se atiene
al mandato de Hong Kong, de otros países que también producen vino y
alcohol: Australia, Argentina, Chile, USA, etc. (Salud!)

Recomendaciones
 
En la OMC se atan políticas económicas con acuerdos sobre el comercio,
pero hay vínculos también en otras entidades multilaterales. En
Propiedad Intelectual, por ejemplo, las ideas se avanzan primero en la
Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI). Esos vínculos
pueden aprovecharse para mejorar el equilibrio entre lo económico, lo
laboral y lo social. Es bueno defender los intereses nacionales en la
OMC y mejor aún si también en las otras entidades asediadas por la
ambición apátrida.

Una muy importante es la Organización Internacional de Trabajo
(OIT/ILO), organización dividida en tres ramas: oficial, patronal y
sindical. La rama sindical quiere armonizar las leyes laborales, para
evitar que las empresas transnacionales muden puestos de trabajo a
países con leyes débiles y complacientes. En eso coinciden con los
gobiernos que desean políticas, democráticas y normales, de mayor empleo
y en buenas condiciones laborales.

Otra es la Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO) para evitar la
complicidad con las farmacéuticas. Es notoria la histeria de la OMS con
la “Gripe Porcina” (H1-N1), que declaró pandemia mundial con pocas
muertes (141) relativas y unas diagnosis dudosas, mientras que necesitó
millones de muertos para declarar pandemia al SIDA. Claro que, con el
SIDA, los gobiernos africanos no estaban comprando por adelantado
vacunas aún por probar.

Un ejemplo exitoso a seguir, es la presidencia de la asamblea general de
la ONU por Miguel Escoto. Su presencia allí fue determinante para
organizar un equipo con expertos serios que estudiase las causas de la
crisis financiera. Las recomendaciones del equipo son un contrapeso
eficaz a la frivolidad emanada del G-20, cuya solución es más de lo
mismo. Un G-20 que usurpa una autoridad sobre la OMC que nadie le ha
dado, imponiendo informes y decisiones que el Director General, Pascal
Lamy, obedece alegremente.

Obedece M. Lamy, porque el G-20 le manda lo que él pide. Ningún miembro
ha reclamado. Será bueno que los representantes de algunos países le
recuerden a M. Lamy, que la voluntad de la OMC es sólo la de sus 153
miembros y que hay voluntad sólo cuando hay consenso.
 
La Ministerial de la OMC arranca en Ginebra el 30 de noviembre.
Deseamos, no suerte, sino firmeza.


- Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de
Florencia. Ha sido profesor en temas económicos internacionales en
universidades de Colombia, Venezuela y Guatemala. Es Director del
Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra.
http://www.ventanaglobal.info