DISMINUYEN LAS COMPRAS EXTERNAS DE GAS

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Publicado el 01/03/2010

La crisis financiera internacional, que castigó duramente a las economías brasileña y argentina, tuvo un efecto directo en las ventas de gas boliviano al exterior. El bajón productivo en ambos vecinos aún no puede ser remontado. De esa manera las recaudaciones del país por las exportaciones disminuyeron en más de 1.600 millones de dólares durante la pasada gestión. La mayor caída se registró en los envíos de gas natural a Brasil, que bajaron en $us 1.356 millones. Ese el informe oficial del INE al 31 de diciembre pasado.

Las paradas de gallo electorales, que inspiran las desafortunadas cuanto falsas declaraciones del presidente brasileño, Lula Da Silva, quien dijo que, pese a que Brasil será pronto autosuficiente en gas, seguirá comprando a Bolivia el energético “por ayudar a un país pobre”, pretenden ocultar la profunda crisis que sigue castigando a su pueblo.

Brasil tendrá primero que desarrollar los recientemente descubiertos campos petroleros y gasíferos en mares profundos. Esta tareíta le tomará al menos unos siete años. Falta saber si el gas que pueda extraer será competitivo en precio con el boliviano. Según los cálculos preliminares, ese energético costará al menos tres veces más caro que el boliviano puesto en centro de consumo paulista.

La mejor defensa frente al descalabro de esas economías (Argentina transita peligrosos momentos económicos), es el desarrollo vigoroso del mercado interno. A Bolivia le falta muchísimo para “gasificar” su economía. Si bien aún son desordenadas y poco eficaces las actividades para incrementar el uso del GNV o el gas domiciliario para hogares, hay ciertos pasos concretos que se han adelantado al respecto, pese a los “ejecutivos” que siguen al mando de YPFB.

Los planes de exportación tendrán también que revisarse, luego de conocidos los cálculos de reservas probadas de gas y petróleo que se espera conocer en agosto próximo. La elemental obligación de quienes están planificando las políticas energéticas es garantizar disponibilidad de gas para al menos cincuenta años para consumo propio. Será, entonces, imprescindible conformar una reserva estratégica en este rubro.

Para que eso ocurra, debe ser YPFB la que asuma con mayor energía y autoridad la actividad exploratoria.

El contrato de suministro de gas señala que Brasil podrá comprar un máximo de 31 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd). Sin embargo, el año pasado, el comprador bajó los volúmenes de importación a un promedio de menos de 21 MMmcd. Para el presente año las perspectivas son más críticas para los brasileños, toda vez que, por los efectos de la crisis interna, el embajador de Brasil en La Paz, Frederico Cézar de Araujo, confirmó que su país va a reducir la importación de gas boliviano, pero se buscará compensar el perjuicio.

En este contexto es en el que se anunció la inversión de más de 11 mil millones de dólares en el quinquenio. Asimismo, el gobierno anunció que la reactivación de la industria petrolera comenzará con 1.500 millones de dólares en la presente gestión, en la que se tiene programado ampliar los campos Margarita y Huacaya en el bloque Caipipendi, operado por Repsol-YPF, Itau, Ipati y Aquio a cargo de la francesa Total, además del campo Sábalo operado por Petrobras.

Pero lo más importante, que es explorar y perforar pozos para descubrir nuevos campos e incrementar las reservas, sigue supeditado al interés que podrían tener las trasnacionales, que hasta ahora han mantenido desconfianza para invertir en Bolivia, y en todo caso han desviado su mirada a otros rumbos, arriesgando capitales en el noreste de Perú, frontera con Bolivia y Brasil.

Para evitar esa perniciosa dependencia de mercados externos volátiles por las crisis de esos mismos países, es imprescindible incrementar la producción para consumo propio. Eso evitará que tengamos que seguir importando energéticos que nosotros ya los tenemos