AL PATRIOTA ENRIQUE MARIACA
Homenaje del pueblo boliviano
¿Por qué el Gobierno temía a Mariaca?

Por:


Publicado el 01/04/2010

 (Auditorías petroleras: el secreto mejor guardado por la cúpula del MAS)

“¡Gloooria a Enrique Mariaca!, ¡Glooria a los defensores del petróleo!”, gritaba este jueves 11 de marzo la voz cascada de un ex combatiente cerca de un mausoleo del Cementerio General. La respuesta de decenas de gargantas arrancaba las lágrimas de la despedida a un guerrero incansable. Los minutos se hicieron aún más conmovedores con el clarín y las salvas de la guardia de los Colorados de Bolivia.
Dirigentes sindicales, activistas de izquierda, empresarios, intelectuales, beneméritos de la Guerra del Chaco, catedráticos universitarios, estudiantes, compañeros de lucha, rivales ideológicos… Representantes de prácticamente todos los sectores de la bolivianidad dijeron adiós al constante defensor del recurso que desde hace una década sostiene a Bolivia.


Sin embargo hubo una notoria excepción: ninguna autoridad del Gobierno asistió al entierro de Enrique Mariaca Bilbao. “¿Aún de muerto le temían?, ¿Tanto les habrá ofendido?”, “¿Ni siquiera unas palabras de homenaje?”, preguntaron algunos de los amigos de Mariaca.


Se marchaba un singular testigo y protagonista de la historia. Así fue. Mariaca a sus 17 años defendió como soldado, durante la Guerra del Chaco, la zona donde hoy se concentra la mayor riqueza hidrocarburífera del país.
“Después de un año de servicio en el ejército boliviano, durante el cual fui ascendido de cabo a sargento, me tocó luchar en la batalla de Villamontes, junto con mi padre, quien también fue llamado a incorporarse a las filas de combate. Fue el 13 de marzo de 1935 cuando el general José Félix Estigarribia, del ejército paraguayo, preparó el ataque frontal a Villamontes, con el objetivo de tomar la zona petrolera más importante de nuestro país, para poder entrar a Sucre y Tarija, y luego avanzar hasta Santa Cruz”, cuenta Mariaca en sus memorias.


Luego detalla las características de la exitosa defensa que organizó el general Bernardino Bilbao Rioja. Finalmente, en sus memorias recuerdan el conmovedor abrazo que se dieron soldados de ambos países el 14 de junio de 1935, día del armisticio.  
“Vimos a los paraguayos e instintivamente sacamos nuestros pañuelos para saludarlos. Ellos hicieron lo mismo y de un salto salimos de nuestras trincheras y empezamos a acercarnos. Ellos también se acercaban a nosotros. Fueron momentos tan emocionantes los que vivimos al aproximarnos a soldados que ya no eran más nuestros enemigos. (…)Sin perder más tiempo, todos nos abrazarnos y estallamos en un llanto de alegría, porque esa guerra había llegado a su fin…”.


¿Cometió algún error? ¿Fue quizás poco para las autoridades el que Enrique Mariaca haya sido combatiente en el Chaco para no rendirle honores? En ese caso, bien habrían podido valorar los méritos que no mucho después de la contienda este defensor de Villamontes empezó a sumar.

 

CONSTRUCTOR DE YPFB


La guerra sólo fue el principio de la intensa relación de Mariaca con el petróleo boliviano. Allí en el Chaco, y especialmente en la defensa de zonas como Sanandita y Camiri, políticos y militares redescubrieron el valor de nuestro petróleo.
Casi dos años más tarde, el 13 de marzo de 1937, el Gobierno de David Toro efectuaba la primera nacionalización de los hidrocarburos. La histórica medida, por la que se expulsó del país a la tramposa e ineficiente Standard Oil Company, precisaba de un imprescindible complemento: especialistas bolivianos en el oro negro. Se seleccionó a los 100 mejores bachilleres de Bolivia. Serían enviados a México y Argentina para especializarse en la materia, los siete mejores al país del norte, uno de ellos fue Mariaca.    


“Viajaron en barco en 1938. Hicieron escala en La Habana. Él siempre recordaba a sus compañeros becarios. Había un beniano, un cruceño, un cochabambino, un orureño y tres paceños. Llegaron a México justo el 18 de marzo, día en que el Gobierno de Lázaro Cárdenas celebraba la nacionalización del petróleo”, relata su hermana Zaida.
En 1945 retornaron. Mariaca volvió con una particularidad: había estudiado dos carreras, ingeniería petrolera y geología. Destacó a los ojos de los catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma de México al defender el mismo día exitosamente las dos tesis.


Los becarios retornaron a hacer historia. Junto con personalidades tan destacadas como Dionisio Foianini y Guillermo Elder articularon una empresa eficiente. En el ámbito mundial las probabilidades de éxito en la perforación de pozos son de 1 a 10. En el caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) esta probabilidad llegó a ser de 7 a 1, es decir que de siete pozos perforados, uno era productor.
Mariaca y los becarios hicieron carrera grado por grado, campamento por campamento. Tras varias especializaciones de por medio, en 1963 Enrique Mariaca llegó a ser Presidente de YPFB.

 

Ser defensor del Chaco y funcionario consagrado al YPFB de los tiempos de la Revolución Nacional ya hacen de un ciudadano alguien notable. ¿Las autoridades actuales esperaban algo más de Mariaca o es que hizo algo que no les gustó?

LUCHADOR DE IZQUIERDA

Cuando el proceso de la Revolución Nacional empezó a ser traicionado, don Enrique prefirió dejar Yacimientos antes que aceptar favores del Gobierno a otra transnacional. “Me encontraba cumpliendo funciones como Gerente General en YPFB, el hermano del presidente de la República, José Paz Estenssoro, ocupaba el cargo de Presidente de la empresa estatal. (…) Ambos fuimos parte del grupo de los 100 mejores estudiantes que fueron capacitados técnicamente en el exterior, para luego desempeñar funciones en YPFB. A pesar de la profunda amistad que nos unía, no podía consentir en la aplicación de la política hidrocarburífera de (Víctor) Paz Estenssoro ni en el respaldo económico y político que se estaba otorgando a la Gulf Oil Company…”, recuerda Mariaca en sus memorias. Y entonces optó por irse a México. 


Luchador antimperialista dispuesto a renunciar a dos décadas de trabajo por sus convicciones.  Ése era Mariaca en 1963. Le aguardaban los tiempos aún más consagratorios.


En noviembre de 1964, Paz Estensoro fue derrocado por el golpe del general derechista René Barrientos Ortuño. La Gulf le costeaba al dictador hasta los helicópteros presidenciales en los que recorría el país.


El autoexilio del ingeniero Mariaca se acentuó. En ese tiempo escribió el libro Mito y Realidad del Petróleo Boliviano, convertida en el tiempo en lectura obligatoria en universidades de Bolivia y América.  Allí Mariaca planteaba la necesidad de una nueva nacionalización de los hidrocarburos.


Muerto el dictador en abril de 1969, el fugaz gobierno de Luis Adolfo Siles pidió el apoyo de Mariaca. Lo llamaron para que encabece nuevamente la petrolera estatal. Cinco meses más tarde, un golpe impuso al régimen centro izquierdista de Alfredo Obando Candia. Y, el 17 de octubre, vino la segunda Nacionalización de los Hidrocarburos. Enrique Mariaca fue parte del equipo asesor de Marcelo Quiroga Santa Cruz, el célebre Ministro de Hidrocarburos de aquel régimen. La Gulf Oil Company tuvo que irse de Bolivia.


Casi un año más tarde, Enrique Mariaca era parte fundamental de un acelerado proceso de reivindicaciones. Una efervescente ola de ideales izquierdistas recorría Bolivia y América. El general Juan José Torres, apoyado por universitarios, mineros y obreros tomó el poder y aspiraba a convertir a Bolivia en un país socialista. Nombró a Mariaca Ministro de Hidrocarburos.


En el tiempo de Torres, Mariaca junto a Juan Pereira Fiorilo y Néstor Taboada Terán, adelantaron avanzadas gestiones para que Chile ceda a Bolivia una salida soberana al mar. El presidente socialista Salvador Allende había delegado por su parte al escritor Volodia Teitelboim. Otros truncaron el proceso unos meses más tarde.  

 

La historia de Mariaca avanza y en nada contradice a las reivindicaciones y valores planteados por los protagonistas políticos de los nuevos tiempos. ¿Por  qué las autoridades ignoraron la partida final de aquel luchador izquierdista? ¿Dijo algo indebido?


EXILIADO POR LA DICTADURA


Y en la nueva década, nada alteró la conducta de aquel ingeniero. El 21 de agosto de 1971, Hugo Banzer desató la ola de las dictaduras de derecha. “Mi hermano Enrique fue detenido y llevado a las dependencias de la temible Dirección de Orden Político (DOP) donde estuvo preso por 15 días. Luego lo residenciaron en Sucre durante tres meses y finalmente lo exiliaron a Chile”, relata Jorge Mariaca.


Durante el exilio, le llegaron diversas invitaciones para trabajar en empresas petroleras. “Siempre escogió a las estatales, rechazaba a las privadas”, señala su hermana Zaida. En Bolivia la dictadura volvió a entregar Yacimientos a las empresas transnacionales. Esta vez, incluso la generación de técnicos que durante décadas estructuró la empresa fue relevada por operadores estadounidenses.


Desde 1973, y por casi diez años, Mariaca trabajó en la estructuración de la Compañía Estatal de Petróleos del Ecuador (CEPE). Se convirtió en uno de los principales ejecutivos de aquella empresa. Tal es así, que su retorno a Bolivia, el 10 de octubre de 1982, día en que se recuperó la democracia, sorprendió a muchos de sus conocidos. Aquella mañana, el presidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado asistió a la posesión del presidente Hernán Siles Suazo y Mariaca llegó en el avión presidencial.        

 

La visita motivó una solicitud de Siles a Hurtado. El flamante Mandatario pidió la mediación de su homólogo para que CEPE libere de contrato al ingeniero boliviano y éste retorne a su país. A principios de 1983, Enrique Mariaca juraba como Presidente Ejecutivo de YPFB.


Durante las siguientes dos décadas acumularía más méritos, pero intrigantemente las autoridades ignoraron su partida final. ¿Qué hizo Mariaca?

 

GUERRERO DEL GAS

 

La progresiva crisis en la que se precipitó aquel gobierno izquierdista atrajo la llegada de una etapa altamente desnacionalizadora. No pocos de los compañeros de lucha de Mariaca cambiaron de ideales y convicciones, él no. En 1985, Víctor Paz Estensoro, el hombre al que don Enrique había cuestionado 22 años antes, volvió al poder. Estructuró un nuevo sistema económico. Inició una ola de gobiernos que durante 19 años entregaron las empresas estatales a la voracidad de las transnacionales. YPFB se convirtió en el bien más apetecido y saqueado. Mariaca decidió enfrentarlos.
Indiferente a su tránsito por la séptima y octava década de su vida, se hizo un activista contra el neoliberalismo. Organizó y se integró a foros y organizaciones críticas al modelo. Destacó, especialmente, como miembro del Comité de Defensa del Patrimonio Nacional (Codepanal), del que fue nombrado presidente vitalicio. Orientó allí a varios de los futuros ministros, viceministros, parlamentarios y asesores del actual Gobierno. Hace dos semanas, prácticamente ninguno se dio por enterado de que aquel mentor había fallecido.   

 

Cuando la marea social del cambio empezó a agitarse y a cambiar la historia del país Enrique Mariaca fue parte de las movilizaciones. “Es que el ingeniero no paró. Pasó por Sucre, Tarija, Santa Cruz, Potosí, Oruro, Trinidad, Villamontes, Yacuiba, Cochabamba. Se iban sumando instituciones, universidades, organizaciones, investigadores, las ONG en cada sitio. (…) Él se acomodaba, se quitaba los zapatos y podía dormir en un banco, con su pequeña maleta de apoyo. Con la misma sencillez y su natural elegancia aceptaba comer en un restaurante o en el mercado. (…) A sus casi 90 años se lo podía ver bloqueando calles, encabezando marchas, dando cátedras, elaborando documentos…”, relata Patricia Molina, representante del Foro Boliviano Sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), otra de las instituciones a las que perteneció Mariaca.


Manteniendo ese ritmo, denunció la corrupción de Gonzalo Sánchez de Lozada, Hugo Banzer y Jorge Quiroga o las polémicas decisiones de Carlos Mesa. Fue “un soldado del proceso de cambio”, como suele mencionarse frecuentemente hoy, en los momentos más críticos.

¿Acusó, tal vez, indebidamente a alguien como para que las autoridades le hayan olvidado?

 

FISCALIZADOR DE LAS TRANSNACIONALES

 

Cuando Evo Morales llegó al poder, Enrique Mariaca aceptó una cara misión. Se lo nombró Coordinador de la Unidad de Fiscalización, con base en Santa Cruz (UFSC), de las auditorias a las empresas petroleras. Estas labores fueron ordenadas por el Decreto de Nacionalización de los Hidrocarburos, del 1 de mayo de 2006.
Aquella dependencia respondía al Coordinador Nacional de Auditorías Javier Escobar y al entonces ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada. Siete firmas especializadas en auditorías petroleras evaluaron la labor de nueve transnacionales. La información que empezaron a recibir Escobar, Mariaca y Soliz revelaba graves delitos cometidos por las petroleras que operaron en el país.


Según denunció Soliz, en un artículo del 3 mayo de 2008, “las auditorias detectaron beneficios ilegales de las empresas por 1.740 millones de dólares”.
El propio ex ministro añade allí: “Los avances de las auditorias preocuparon al grupo palaciego, que ordenó el inmediato despido de Escobar y la designación de Guillermo Aruquipa Copa como Viceministro, quien horas después de su posesión, maltrató a los auditores en Santa Cruz y los amenazó con represalias policiales si no seguían sus directivas”.


Extrañamente, las presiones sobre Mariaca se multiplicaron. Aruquipa lo acusó de haber “realizado mal su labor”, pero nunca entró en detalles. Peor aún, no quiso debatir públicamente sobre el tema tras ser retado por don Enrique.


La situación llegó al extremo de un incidente que fue interpretado como intencional. Cuando una noche Enrique Mariaca salía de su departamento, se apagaron las luces. Un individuo brasileño lo empujó precipitando su caída y que ruede sobre las gradas. La hemorragia generada por las heridas le causó anemia y lo forzó a retornar a La Paz.   

 

Los hermanos de Mariaca recuerdan que incluso las valijas con documentación que éste remitió desde Santa Cruz fueron violentadas. “Nos avisó que había enviado un material referido a las auditorías con alguien en quién él confiaba, Miguel Delgadillo. Este personaje lo traicionó y nunca apareció. Nos remitió la valija en un radio taxi. Cuando la abrimos todos los papeles estaban removidos, muchos estaban destrozados y varios habían desaparecido”, relata su hermano Jorge.


El ingeniero Mariaca, algunas semanas después de su alejamiento, le recordó al nuevo ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, que le había entregado los resultados de las auditorías. Le instó a hacerlas públicas en cumplimiento de las normas dispuestas por el Gobierno. Cinco meses más tarde, en junio de 2007, ante la negativa de Villegas, Mariaca publicó las conclusiones de las auditorías a las petroleras. Meses después demandó al vicepresidente García Linera que explique el contenido de las auditorías.
Entre 2008 y principios de 2009, Mariaca continuó dando conferencias, planteando propuestas y cuestionando políticas. Junto con otras tres ex autoridades escribió su último documento “Hacia una Bolivianización de la política Hidrocarburífera”, en octubre de 2009.


Aproximadamente en abril de ese año la salud de don Enrique empezó a decaer. Instituciones académicas, sindicales, sociales como la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), la COB, la fundación Jubileo, el Cedla le realizaron homenajes. La última vez que pudo asistir a un acto (en la UMSA) fue en junio. Este 9 de marzo, su corazón invariablemente consecuente con las causas nobles de la Patria dejó de funcionar. Toda una ironía para un Gobierno autoproclamado de izquierda, antiimperialista, nacionalizador. Optó por no usar la singular información de las auditorías en sus negociaciones con las petroleras y se mostró resentido con Mariaca hasta el día de su muerte. ¿Por qué?   

 

Con honores militares

Enterraron los restos del principal defensor del petróleo boliviano

El martes 9 de marzo, el corazón del ingeniero Enrique Mariaca Bilbao dejó de latir a sus  93 años, dejando un vacío y un dolor profundo para el sector petrolero. El 11 de marzo fueron enterrados los restos mortales de este ex combatiente de la Guerra del Chaco, fundador del Comité de Defensa del Patrimonio Nacional (CODEPANAL), y probablemente uno de los más importantes defensores de los recursos naturales de Bolivia en el siglo XX.
Enrique Mariaca nació en La Paz el 2 de julio de 1916, vivió su infancia y adolescencia entre el estudio formal y la realidad del campo-ciudad, debido a que pasaba sus vacaciones en los valles de Sapahaqui, en el departamento de La Paz, donde junto a los libros conoció la vivencia de los indígenas y campesinos, quienes le marcaron para toda su existencia, la cual transcurrió con la mayor conciencia y celo combativo por su país y los recursos naturales.
Mariaca combatió en la Guerra del Chaco a los diecisiete años (septiembre de 1934), decidido a defender con su vida las reservas de petróleo de las serranías del Aguaragüe en la batalla de Villamontes.


Se distinguió por sus acciones y mereció en plena contienda el ascenso consecutivo en dos oportunidades, a cabo y sargento de artillería de la Batería Durán. En la guerra, igual que gran parte de su generación, encontró las explicaciones de los problemas nacionales y se sumó al pensamiento renovador que nacionalizó los hidrocarburos en 1937.


Una vida de dedicación


De regreso en La Paz, luego de la Guerra, Mariaca comenzó sus estudios en el área de hidrocarburos, primero en su ciudad natal y después, elegido entre los siete mejores estudiantes bolivianos, en México, país en el que se titulo paralelamente en Ingeniería Petrolera y Geología, defendiendo el mismo día ambas tesis.


Además, mientras estudiaba fue convocado por Petróleos Mexicanos (PEMEX) para trabajar en una de sus regiones de operación. En esa época contrajo matrimonio y tuvo a sus dos primeros hijos.
A mediados de 1945, antes de cumplir los 30 años, volvió a Bolivia para incorporarse a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y fue designado superintendente del Campo Bermejo, que abarcaba los pozos Sanandita, Camiri y Bermejo, los cuales logró desarrollar de manera destacada en seis años.


De ahí en adelante, Enrique Mariaca continuó una permanente actualización con estudios en Estados Unidos y nuevamente en México, mientras que iba ocupando otros cargos en la petrolera nacional, la cual fue defendida hasta sus últimos días con su carácter autárquico y por “ser la empresa que más ha aportado al erario nacional, pese a que continúa como un botín político”.

El profesional inflexible


Pasó 12 años de su vida en los campos petroleros de Bermejo y Camiri, antes de ocupar la Gerencia General de YPFB hasta 1960, cuando renunció por sus discrepancias con el gobierno del MNR.
Mariaca vivió la nacionalización de la Standard Oil, la primera nacionalización del continente, y en 1970 participó en la nacionalización de la Gulf, para luego sufrir el exilio tras el triunfo del golpe de Hugo Banzer.
En los años 60, luego de renunciar a la Gerencia General de YPFB por los malos manejos políticos del MNR, escribió en México el libro Mito y realidad el petróleo boliviano, publicado en 1966 y que hasta la fecha es un documento muy importante para el análisis del tema en el país y el mundo. Su posición crítica hacia los gobiernos anteriores y posteriores a 1952 se había hecho muy profunda, por lo cual apoyó la Segunda Nacionalización de los Hidrocarburos en 1969, como parte de YPFB.


Entre 1970 y 1971 fue Ministro de Hidrocarburos en el gobierno del general Juan José Torres, que fue interrumpido por el golpe de Estado de Hugo Banzer Suárez, por lo que Mariaca es obligado a asilarse en Chile, donde trabajó en el rubro antes de ser invitado a Ecuador para trabajar en petróleos por varios años.
Mariaca Bilbao ocupó todos los cargos en la estatal petrolera, incluso el de Presidente Ejecutivo entre 1983 y 84. En su último cargo público, recién cumplidos sus incansables 90 años, durante la primera gestión de Evo Morales fue Coordinador de las Auditorías a las empresas petroleras, entre septiembre 2006 y mediados de 2007. De este periodo de servicio desinteresado al país, salió confirmando su posición consecuente y exigiendo que las auditorías sean aplicadas.

El fundador del CODEPANAL fue uno de los críticos más implacables del neoliberalismo y luchó contra la privatización desde 1994. Luego contribuyó a develar el negociado del consorcio Pacific LNG, en su condición de uno de los especialistas mejor informados en el tema petrolero en Bolivia.

Político combativo


Al mismo tiempo criticó la posición neutral del gobierno actual “al sostener la necesidad de la presencia de las transnacionales petroleras con el título de “socias y no patrones” (…). Esta posición neutral indudablemente afectó a este proceso revolucionario de cambio estructural iniciado en octubre de 2003”. Al mismo tiempo, exigió “la tercera nacionalización verdadera de los hidrocarburos”.
Su carácter combativo y consecuente no se vio afectado por los años, en 2003 fue encontrado en una calle de La Paz totalmente solo, bloqueando con piedras para que no pase el ejército. Del mismo modo, fue fotografiado encabezando marchas durante “la guerra del gas”, periodo en que se mantuvo movilizado junto a los sectores sociales y otros profesionales.

En su vida partidaria renunció al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), debido a que este partido “traicionó los ideales por los que, supuestamente había sido fundado, vendiéndose a los intereses ajenos”. Durane los años 90 fue parte activa y militante del Comité de Defensa del Patrimonio Nacional (CODEPANAL) del que fue nombrado presidente vitalicio y con el que desarrolló una gran actividad por la soberanía y recursos nacionales.
Por más de 20 años escribió artículos de análisis e investigación sobre el petróleo, la economía nacional, el mar y la soberanía en diversos medios de comunicación, dejando un legado intelectual y un ejemplo de constancia pocas veces visto en la historia nacional.


Con casi noventa años a cuestas, Mariaca encabezó movilizaciones callejeras, recorrió el país denunciando la subasta del patrimonio nacional por parte del gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, para luego redactar las bases de la nueva Ley de Hidrocarburos aprobada en 2005.
En julio de 2006, el gobierno del Presidente Evo Morales convocó a Enrique Mariaca para asumir el cargo de Coordinador de la Unidad de Fiscalización de las auditorias a las empresas petroleras.
Su obra Mito y Realidad del Petróleo, publicada en 1966 por la editorial Los Amigos del Libro, está a punto de ser reeditada 50 años después de que empezara a escribirla.
Su funeral fue muy emotivo y libre de los tradicionales shows políticos que suelen protagonizar personajes del gobierno de turno. Luego fue enterrado con honores por una guardia de los Colorados de Bolivia.


Discursos emotivos de sus camaradas de la guerra del chaco se dejaron escuchar recordando la trayectoria profesional y destacando el espíritu luchador del ingeniero Mariaca. “Adiós camarada, adiós…todavía recuerdo cuando combatimos juntos en el campo de batalla, con tu fusil y la frente en alto, gracias a la defensa de los recursos ahora los bolivianos tenemos gas para nuestros hijos y nietos”, manifestó uno de sus camaradas con la voz entrecortada.


El dirigente del pueblo de Camiri Mirko Orgaz lo despidió recordando su participación fundamental en la lucha de la Capital Petrolera de Bolivia por la creación de un YPFB operativo. En reconocimiento a su labor, los cívicos de Camiri le nombraron presidente honorario de la estatal petrolera.
Instituciones como el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE), CODEPANAL FEJUVE, funcionarios de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y amigos personales se dieron cita en el cementerio en una emotiva despedida.


Una de las grandes ausencias que se notó fueron las autoridades gubernamentales quienes se limitaron a enviar arreglos florales y no se hicieron presentes en su entierro

Nos hará falta Mariaca

                                                                                        El Pais Tarija

Todo lo que tiene que ver con el petróleo y con el gas en particular, y con los recursos naturales en general, es y será motivo de nuestro acucioso seguimiento Por eso la muerte, anteayer del ingeniero Enrique Mariaca Bilbao duele más y el vacío que deja es mucho más que sentimental. Es un vacío práctico.

Porque nos sería tan útil conocer sus comentarios sobre tantos temas que surgen a diario  en el ámbito petrolero y energético y especialmente sobre YPFB, entidad a la cual el ingeniero Mariaca le consagró su vida.

Entre los temas a los que referimos está una declaración del vicepresidente García Linera (en función presidencial) afirmando que YPFB necesita una inmediata arquitectura institucional. Seguramente es otra forma de referirse a lo que otros llaman reingeniería.

¿Recién se dio cuenta García Linera que YPFB requiere ser transformada a fondo? Parece que no leyó el artículo del Decreto nacionalizador de 1 de mayo de 2006, que disponía un plazo de dos meses para esa transformación. ¿Esperó que ocurriera el escandalete de los contratos petroleros de octubre, redactados por Total? ¿Tenía primero que ocurrir la oscura "nacionalización" de Chaco, Andina y Transredes? ¿Era necesario que pase el escandalete de Catler y ahora el de Santa Cruz? Finalmente, ¿entre quienes discuten ahora esa necesaria transformación? ¿Será que el Banco Mundial asesora y financia esa iniciativa, como ya lo anunciaron antes Villegas y el propio García?

Demasiadas preguntas y además sin el ingeniero Mariaca para que nos ayude a buscar respuestas.

Pero hay más: Otra declaración (que también se publica hoy) es la de Carlos Villegas, al anunciar que 4 empresas están interesadas en hacer los estudios para la construcción de las plantas separadoras de licuables del gas.

Dice Villegas que las dos plantas separadoras, la de Río Grande y la del Chaco chapaco, tendrán juntas una capacidad para procesar 15 y pico millones de metros cúbicos diarios, y confirma que la de Río Grande procesará apenas unos 6 MMCD. La otra, en consecuencia, tendrá no más de unos 7 MMCD, cuando el flujo a Argentina está previsto que llegue a los 27 MMCD.

El acuerdo que firmó Bolivia con Argentina, en junio de 2006, obliga a los gauchos a financiar una planta para procesar la totalidad de los metros cúbicos exportables y el costo se estimaba en unos 450 millones de dólares. En esa misma declaración Carlos Villegas, sin que se lo pregunten, alude a la “transparencia” que deberá existir en estos proyectos.  El, hablando de transparencia, nos recordó aquello de ver al diablo vendiendo hostias. Poco confiable.

Es, pues, evidente, que el conocimiento y el compromiso del ingeniero Enrique Mariaca con ese petróleo que comenzó a defender a sus 17 años, como soldado en la guerra del Chaco, nos hará mucha falta.

Uno de sus últimos aportes ha sido estar a cargo de las auditorías petroleras efectuadas por el Ministerio de Hidrocarburos en 2006 en el marco del Decreto Supremo Nº 28701, de nacionalización de los hidrocarburos y fustigó duramente al gobierno por haberlas ocultado, para luego traicionar la tercera nacionalización.

Probablemente el gobierno nacional decida hacerle un homenaje póstumo a Enrique Mariaca Bilbao. La mejor manera de hacerlo sería publicándolas esas auditorías in extenso y presentándolas ante la opinión pública y medios de comunicación, para que sirvan como paso previo al propósito indeclinable de retomar el rumbo y avanzar hacia la industrialización.