SAUDADE ¿DE QUE?

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/04/2010

En "Reconquita Popular" (R-P) leo nostálgicas notas atingentes al socialismo real que se desplomara en la mitad del planeta con excepción de China, Corea y Cuba. Siempre, en los autores, creo detectar una suerte de saudade por el régimen fundado por Lenín en 1917. Es como lamentarse, golpeándose la frente, en el Muro de los Lamentos o "llorar sobre la leche derramada". Pareciera que hay una viudez desconsolada en cada uno. Se juzga ese ayer -aunque carcelario, grisáseo y opresivo- como propio y su derrumbe, un duelo. Ello pasa -de modo tácito- por justificar el murallón de Honeker, los gulag de Brezhnev, las purgas de Stalin, las diabluras de la GPU no sólo en Rusia, sino también en el ancho mundo como especial referencia a España y México. 

 

Juzgo esta postura un error que sabrán disculpar aquellos lectores y colaboradores que piensan diferente. Esta tesis mía -compartida por otros compañeros de CEDECH y no por todos- equivale a identificar socialismo como marxismo y marxismo con marxismo-leninismo. Ello empuja a adscribirse a las vigas maestras de esta ideología que son el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. En oposición a esta tendencia que, pese a la perestroika y el glasnost continúa vigente, opongo concebir el socialismo como idea-fuerza y no ideología compacta, hermética y libresca. Desde la Revolución mexicana, estallada 7 años antes que la rusa, se alude al socialismo y sin esa estructura coránica derivable de los textos de Marx, Engels, Lenín y... Stalin.