CÓMO EL IMPERIO EXPROPIA LOS SABERES SOCIALES

Por:
Raúl Zibechi

Publicado el 01/05/2010

Desde el sábado 20 hasta el viernes 26 de
marzo se realizó en Colonia (Uruguay) un Campamento Latinoamericano de
Jóvenes Activistas Sociales, en cuya convocatoria se prometía “un
espacio de intercambio horizontal” para trabajar por “una Latinoamérica
más justa y solidaria”. Bellas palabras que encubren un proyecto
imperialista.
 
 
“Fueron alrededor de 120 jóvenes que llegaron con inmensas expectativas.
Bajo la técnica de open space se trabajó durante esos días en base a las
inquietudes de los participantes. Al parecer no hubo resultados finales
del campamento debido a que con el correr de los días fueron pocos los
que se comprometieron con la dinámica planteada y por momentos hubo una
especie de desorden que imposibilitó la redacción de un documento de
acuerdo entre los participantes”, dijo LRR, joven militante uruguayo que
prefirió mantener el anonimato.
 
En la convocatoria, los Jóvenes Activistas Sociales (http://jas10.org)
prometían que el campamento sería “un espacio para el intercambio
horizontal, aprendizaje entre pares y exploración de sinergias. Queremos
mediante este encuentro participativo comenzar a construir una memoria
viva de las experiencias de activismo social en la región; aprender de
las dificultades, identificar buenas prácticas locales aprovechables a
nivel regional, y maximizar el alcance de la creatividad y el compromiso
de sus protagonistas”. Tal vez por esa promesa, interesante, contagiosa,
enhebrada con el estilo propio de la militancia juvenil, “llegaron
participantes desde todos los países del continente dispuestos a contar
sus experiencias, escuchar las del resto del grupo, compartir espacios
de análisis y reflexión sobre las distintas coyunturas regionales y
conocer gente de los diversos países”, apunta LRR.
 
Nada sería tan sencillo, ni tan idílico. Todos los participantes tenían
el pasaje aéreo pago desde su país y la estadía completa en Uruguay.
Sólo para estos rubros se calcula un gasto que supera los 150 mil
dólares. “Mucha plata”, dice LRR, que comenzó a investigar quién
financió el proyecto “horizontal”. El resultado de la navegación por las
páginas web del encuentro le permitió averiguar que el campamento de
Colonia contó con el auspicio del Open Society Institutes, Idebate.ñ,
Fundación SES y Ashoka Avancemos. “Como no tenía mayores referencias de
dichas organizaciones estuve visitando sus páginas web. Ahí me enteré
que todas están relacionadas con el Open Society Institute que es un
instituto creado por George Soros, el multimillonario siempre presente
en el Foro Económico Mundial que financió el sindicato Solidaridad de
Lech Walesa en Polonia, la revolución de las rosas en Georgia y la
campaña presidencial de Barack Obama, entre otros. Fiel exponente del
liberalismo económico se lo describe como financiero, inversionista y
filántropo”.
 
No es difícil seguir las pistas de estas organizaciones. Siguiendo sus
links, llegó a páginas como Fundación Nuevos Líderes, Jóvenes
Empresarios de Chile, Unión Mundial, Tactical Technology Collective
entre otros. “Todas ellas son organizaciones con lugares comunes muy
loables como el fortalecimiento de las democracias, la lucha contra la
corrupción y la defensa de los derechos humanos, pero defendiendo por
supuesto la libertad del capital”. Tienen contactos en las altas esferas
de la ONU, con el Foro Económico Mundial de Davos, USAID (la agencia
estadounidense de cooperación), y muchos otros. “Promueven iniciativas
en el sudeste asiático, en África y ahora parece que quieren desembarcar
en Latinoamérica”.
 
Tactical Technology Collective (http://www.tacticaltech.org) merece una
mención aparte. “Esta ONG financiada por Soros se dedica a capacitar
activistas sociales en el uso de herramientas electrónicas. Provee
manuales y guías sobre uso de herramientas de todo tipo como ser mapas
online, gráfica, audio, video, blogs, telefonía libre, seguridad
informática, celulares y muchos más. Sus materiales son realmente
excelentes y pueden ser de gran ayuda para activistas sociales con falta
de fondos, censurados y con problemas con el poder imperante”.
 
Luego de leer y rastrear sobre estas organizaciones surgieron muchas
dudas, en particular las razones de su reciente interés en nuestro
continente. Sospecha que su interés consista en capacitar gente para
desestabilizar esas democracias anti-imperialistas. En efecto, las
preguntas se agolpan: “¿Tiene que ver con los últimos movimientos del
gobierno de Estados Unidos de permitir exportar servicios de internet
para fomentar la apertura de regímenes considerados autoritarios y
represivos?”. Sabemos que el uso de facebook, twitter y otras
herramientas ha sido determinante en la reciente rebelión en Irán y que
Hugo Chávez está denunciando movidas similares en su país.
 
La extensa mano de Soros parece haber jugado un papel incluso en la
reciente “revuelta” en Kirguistán, país clave en los planes de Estados
para la guerra en Afganistán. Omurbek Tekebayev, que lidera la actual
rebelión, mantiene desde hace años estrechas relaciones con el
Departamento de Estado norteamericano y la Fundación Soros. Hace un año
fue a Washington “a debatir en público sus planes para derrocar al
gobierno de Bakiev con un levantamiento popular” (Rebelión, 8/4/10).
 
En todo caso, vale detenerse a reflexionar sobre cómo las
multinacionales se dedican pacientemente a estudiar a los movimientos de
abajo y a sus militantes para expropiar sus saberes y sus formas de
hacer. Las fotos del campamento muestran reuniones en ronda, fogones y
trabajos colectivos con papelógrafos, con fondo de whipalas y otras
banderas indígenas. Cualquier desprevenido, porque buena parte de los
que acudieron al campamento lo hicieron con buena voluntad, pensará que
se trata de un encuentro de movimientos antiimperialistas y de base que
apelan a la educación popular como forma de trabajo. Comprobar que se
trata de una actividad organizada por el mayor especulador financiero
del mundo, quien tuvo el poder de quebrar al Banco de Inglaterra en 1992
y contribuye a derribar gobiernos animperialistas, muestra hasta dónde
pueden llegar para mantener sus privilegios.
 
- *Raúl Zibechi*, periodista uruguayo, es docente e investigador en la
Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios
colectivos sociales. *//*