GEOPOLITICA CARIOCA EN ACCION

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Publicado el 01/05/2010

Brasil viene a llevarse más gas, el litio y servidumbre de paso hacia el Pacífico

 

Una nutrida delegación del gobierno del Brasil junto a poderosos empresarios de la industria petroquímica, agropecuaria y de la construcción, desembarcó en horas pasadas en nuestro país, y sostuvo reuniones con diferentes autoridades nacionales para asegurarse la provisión de gas natural boliviano más allá del 2019, cuando fenece el actual contrato de exportación del energético, así como para desarrollar la construcción de vías que vinculen a Brasil con puertos del Océano Pacífico por Chile y Perú, pasando por nuestro territorio.

 

En las reuniones participaron ejecutivos de Petrobras, Electrobras, Braskem, Vale Do Río Doce, Andrade Gutiérrez, ODEBRECHT, OAS y Embraer, que llegaron al país el martes en una comisión liderada por Aurelio García, asesor para Asuntos Internacionales del presidente Luis Inácio Lula da Silva y persona de su más alta confianza.

 

El planteamiento central de la comisión brasileña es la construcción de una industria petroquímica en Puerto Suárez, que aprovecharía los componentes licuables del gas boliviano que se exporta al Brasil, como el etano, el butano y el hexano para producir alrededor de un millón de toneladas de polietileno por año.

 

En caso de llegarse a acuerdos con la aún imberbe Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), la planta demoraría al menos siete años en hacerse realidad con un volumen de inversión de entre 2000 y 3000 millones de dólares; es decir, estaría concluida entre el año 2017 y 2018, lo que implicará que Bolivia, por esta vía, se deberá comprometer a extender indefinidamente el actual contrato de exportación de gas a Brasil (GSA) más allá del 2019.

 

El hombre fuerte de la poderosa Braskem, Carlos Brenner, fue claro ayer respecto de las intenciones de la multinacional brasileña: "Se pretende industrializar el etano, que es un componente del gas natural, para hacer plásticos de polietileno. Hay una parte de la inversión que debe hacer Bolivia para separar este componente del gas y la otra parte de la inversión la haría nuestra empresa", dijo el empresario.

 

La "parte de la inversión que debe hacer Bolivia", es, precisamente, la frustrada construcción de la Planta Separadora de Líquidos en Río Grande, en Santa Cruz, cuya capacidad apenas alcanzará para procesar 6 de los 31 millones de metros cúbicos diarios de gas (MMCD) que se exporta al mercado brasileño.

 

La otra parte "que haría nuestra empresa", según Brenner, se refiere a las inversiones que se deberá hacer Braskem para procesar lo 25 MMCD que se exportan incluyendo los licuables que son desde 1999 materia prima gratuita que alimenta la poderosa industria petroquímica brasileña.

 

Frente a ese despliegue de intereses geopolíticos y energéticos, ayer el presidente de la estatal petrolera boliviana, YPFB, Carlos Villegas, declaró, como un logro de su gestión, que Petrobras mantendrá "inalterable" la compra de gas que hace en el marco del contrato GSA.

 

"Brasil ratifica el interés y mantención de los términos y condiciones del contrato que tenemos suscrito entre YPFB y Petrobras, de tal manera que eso nos da la plena certeza, porque además así está establecido en el contrato. Los volúmenes que tenemos que entregar a Brasil, el precio establecido por la fórmula, en consecuencia vamos a continuar exportando gas en base a las condiciones y los términos del contrato", declaró textualmente Villegas.

 

TRENES Y CAMINOS HACIA EL PACÍFICO

 

Pero el gas no es la única intención del hábil Marco Aurelio García, uno de los más influyentes y poderosos asesores del presidente Lula da Silva. Junto a él estuvieron empresarios de la tristemente célebre constructora Andrade Gutiérrez, así como ejecutivos de la mimada del momento, la constructora OAS, y miembros de la multinacional Odebretch, también especializada en construcciones.

 

Con ellos el gobierno habló de la construcción de carreteras y trenes eléctricos que vinculen Brasil con los puertos del Pacífico. El plan es invertir varios miles de millones de dólares en infraestructura vial. El detalle es que las obras deberán ser ejecutadas por empresas brasileñas y los costos deben ser pagados por los bolivianos.

 

Sobre el asunto declaró ayer Viviana Caro, la flamante ministra de Planificación boliviana. Optimista, informo que Brasil y Bolivia comenzaron a dar forma a la construcción de un tren eléctrico de gran envergadura y longitud que una las poblaciones de Puerto Suárez, en la frontera con Brasil, y Pisiga, Chile.

 

"Dada la posición geográfica estratégica, Bolivia podría constituirse en el paso obligado del comercio entre Brasil y Chile, es decir entre el Atlántico y Pacífico, con los beneficios que ello significa para el desarrollo nacional", indicó, aunque no especificó cuáles en concreto serían estos beneficios para el "desarrollo nacional".

 

NO SE OLVIDARON DEL LITIO

 

La nutrida delegación brasileña no se olvidó del mundialmente estratégico sedimento no metálico. El litio está en su agenda, aunque poco visible para la prensa. Pero de eso habló algo la ministra Viviana Caro.

 

La autoridad informó que los brasileños - estuvo la poderosa minera Vale do Río Doce - presentaron una propuesta, pero, según la versión de la agencia noticiosa ABI, el Gobierno prefiere esperar la recepción de proyectos completos anunciados por otros países y empresas privadas que incluyan la industrialización del litio para analizarlos junto al de Brasil.

 

¿A CAMBIO DE QUÉ? DE HORTALIZAS SEÑOR

 

Las autoridades de ambos países no dejaron descuidado el detalle. El Viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez, fue el encargado de hacer conocer que se coordinó trabajar en "tres áreas temáticas": Agricultura familiar, mecanización y cooperación técnica en investigación.

 

“En Bolivia tenemos como 700 mil unidades productivas que aportan al Producto Interno Bruto (PIB) en un 14 por ciento, sin embargo, están desprotegidas por el Estado, a partir de esto, vamos a intercambiar experiencias de las unidades productivas brasileñas y a partir de eso vamos a implementar políticas en temas de créditos para productores, que no pasarán de mil dólares”, dijo rebosando de optimismo la autoridad.

 

Pero también habló de hortalizas. Dijo que lograron apoyo para el desarrollo de investigación técnica especializada. "Al país le interesa el tema de las hortalizas tropicales", precisó, recordando que “en los metodológico, entre abril y junio se mandará una delegación boliviana al Brasil para ver las experiencias y posteriormente otra comitiva llegará al país para determinar políticas de trabajo en conjunto”.