MIGRACIONES Y CRISIS MUNDIAL

Por:
Luiz Bassegio

Publicado el 01/12/2010

ALAI AMLATINA, 16/11/2010.- La actual crisis que vivimos es una crisis
profunda. Es una crisis del capitalismo y está basada en el modelo de
sociedad que éste engendró. El capitalismo hizo que la gente piense que
unos debían competir con los otros para generar el progreso, cada
persona buscando solamente sus intereses, su lucro, su poder. Esta
manera de vivir transformó todo en mercancía para comprar y vender,
incluyendo el trabajo, las ideas, los conocimientos, las tecnologías.
Incluso las personas son transformadas en mercancías, o sea, sirven en
cuanto producen, después son descartables.
 
Para servir a los intereses del capitalismo, miles de personas son
trasladados de un sitio al otro, de un país a otro; los inmigrantes son
bienvenidos hasta el momento que son útiles a los intereses de los
capitalistas.
 
Más de 200 millones de personas viven fuera de sus países de origen,
según las cifras de la Organización Internacional de las Migraciones
(OIM). En 1960, las mujeres representaban 46,6 % del total de
inmigrantes internacionales. Hoy, las mujeres constituyen el 50,5% de
los inmigrantes precedentes de América Latina y Caribe.
 
Más de 30 millones de personas han migrado dentro y fuera de América
Latina y el Caribe en las últimas dos décadas, lo que constituye cerca
del 5% del total de la población de esta parte del continente. En
algunos países como Bolivia, El Salvador, Haití y Nicaragua los y las
emigrantes superan el 20% del total de la población, mientras que en
otros países como Ecuador, Guatemala, Honduras, Perú y Uruguay
representan más del 10% del total de sus habitantes.
 
Alrededor de 5 millones de personas han sido desplazadas dentro de sus
propios países o solicitaron refugio en otros países por razones de
violencia política o conflictos armados.
 
Fenómeno complejo y contradictorio, las migraciones son un hecho
político porque denuncian el modelo de desarrollo que no prioriza las
personas sino al capital, principalmente el financiero; cuando denuncia
la concentración de la riqueza, de la tierra y del poder y denuncia las
restricciones que se ponen a las personas para migrar (muros, policía,
persecuciones, leyes restrictivas).
 
Los migrantes se constituyen en la interpelación más fuerte y más
evidente del actual proceso de globalización. Tal proceso tiene dos
marcas que los migrantes cuestionan fuertemente: es concentrador y
excluyente.
 
Las causas tienen que ver con el empobrecimiento, la desigualdad social
y las formas de exclusión propias de un modelo económico fallido; todo
eso explica la razón por la cual migrar no es una opción, sino una
necesidad que se asume de manera forzada; las políticas económicas,
sociales y culturales, base de la actual globalización, impiden un
desarrollo humano y sostenible desde los propios intereses y necesidades
de todas las sociedades. La acción de las empresas multinacionales, la
deuda externa, la pérdida de soberanía alimentaria, el comercio injusto,
la expoliación de los recursos naturales y los conflictos armados son
causas de que las personas se vean forzadas a desplazarse y emigrar,
tanto hacia el Norte como entre países del Sur. Hay diversas formas de
persecución, que están obligando a millones de personas a tener que
salir de sus sociedades de origen como la persecución por razones de
género, orientación sexual, raza, religión y la vulneración de derechos.
 
La migración es un proceso que tiene lugar, en este momento, en el marco
de la globalización y no puede ser analizado fuera de ésta. No se debe,
por tanto, abordar como un tema exclusivamente de fronteras o de
“puertas adentro”, sino que es un proceso económico, político, cultural
y social relacionado directamente con los efectos que el modelo
capitalista neoliberal impuesto genera mundialmente.
 
Hay que denunciar todas las tentativas de imputar a los inmigrantes la
culpa de la crisis actual. Los migrantes no son un problema, problema
son las causas que provocan las migraciones y no será con más de lo
mismo que la crisis será superada, no va a ser con menos derechos, sino
con más derechos que la superaremos. Hay que pensar un nuevo paradigma
de desarrollo que respete la madre tierra y los derechos de las personas
migrantes.
 
- Luiz Bassegio y Luciane Udovic integran la Coordinación Continental
del Grito de los Excluídos/as.
 
* Este texto es parte de la edición No. 460 de la revista América Latina
en Movimiento, sobre "Migraciones: Hacia la ciudadanía universal"
(http://www.alainet.org/publica/460.phtml)