RESERVAS INTERNACIONALES CON INTERESES MISERABLES

Por:
“El País” Tarija

Publicado el 01/01/2011

Con la crisis económica que agobia el país, con restricciones en inversiones para ejecutar planes de desarrollo, con una inflación que todavía persiste y se siente en los salarios disminuidos de la gran mayoría de trabajadores y en la ostensible disminución de los productos que ahora sólo llegan a la mitad de la canasta familiar, tal parece que tendremos que recurrir a la alcancía salvadora, el gas de Tarija.
En este momento sería muy importante acceder a los beneficios de las reservas internacionales, pero lamentablemente la rentabilidad que generan es casi cero. De acuerdo a los últimos datos obtenidos por Día “D”, el interés que genera el dinero de los bolivianos, depositado en bancos del exterior, se redujo a 0,25 por ciento.
Los más de nueve mil millones de dólares, que agito el ego financiero de algunos ministros y del propio presidente Evo Morales, quienes lo muestran como uno de los hechos más exitosos de la gestión gubernamental del Movimiento Al Socialismo (MAS), ganan intereses miserables, incluso 40 veces menos en relación a los intereses de los préstamos que hacen esos bancos donde están depositadas las reservas internacionales.
Cierto que el dinero, “bien acomodado” y bajo las garantías de rigor, produce más dinero que aumenta la cantidad de reservas y puede sostener operaciones de emergencia en cualquier circunstancia, pero en el presente caso no es así. Tener un ingreso extra le representaría al país contrarrestar los efectos de la caída de los precios de algunos productos de exportación y una serie de problemas emergentes de la crisis mundial.
De lo que se trata en el momento actual, ya que no hay una rentabilidad positiva de las reservas internacionales, es de evitar otro colapso en el sector productivo como sucedió en la década de los 80 con miles de trabajadores que fueron despedidos y no precisamente relocalizados.
Los recursos de los ahorros del Estado bien manejados pueden ser recuperados más adelante, pero además deberían generar una rentabilidad concreta a mediano plazo si ahora se utilizan en un Fondo de Inversiones Productivas que aseguren posibilidades de obtención de capitales, tecnología de punta y un replanteo muy urgente de la política nacional y de la mano de obra, que debe abrirse a las exigencias comerciales del mercado internacional y la competencia de países vecinos, donde todos estos productos, ahora prácticamente paralizados, tienen un tratamiento muy especial para seguir operando pese al vaivén de precios en las pizarras de Japón, Londres, Estados Unidos o China.