NOS HACE FALTA SERGIO ALMARAZ LA FALTA DE UNA VISION NACIONAL

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Publicado el 01/04/2012

Cuando Sergio Almaraz Paz, en abril de 1967, hace 45 años, terminaba el “Réquiem para una República”, uno de sus libros más emotivos, dedicado a la minería, ofreció una segunda parte que no alcanzó a escribirla, porque la muerte prematura frustró sus propósitos. Decía Almaraz que tenía la intención de hacer “un ensayo más completo” sobre el estaño y otros temas mineros, por eso consideró su obra solo una primera parte, aún limitada e inconclusa. Porque “el pasado queda cerrado con la nacionalización”, decía y agregaba que en su próximo trabajo se ocuparía de las tendencias que se desarrollaron en el seno de la nacionalización y que determinaron los cambios en la política boliviana, la enconada contienda que se libra en torno a la fundición y la metalurgia y la orientación adoptada en materia minera en los últimos años.

 

Entonces, no por voluntad de su autor sino por la precariedad imprevisible de la vida humana, el Réquiem para una República, de Sergio Almaraz, quedó inconcluso. Como inconclusa esta todavía la siderurgia porque hasta la explotación del hierro como materia prima básica en el Mutún a esta altura está incierta. Y sin embargo, la minería está en una plena segunda primavera, pero protagonizada por grandes corporaciones transnacionales, que siguen explotando los recursos naturales con conflictos sociales que poco se mencionan, pero que eclosionan periódicamente en el Perú, en Colombia,

en Bolivia y en todos estos nuestros países al parecer sentenciados al extractivismo minero y petrolero manejado por intereses privados, que vuelven a enraizarse, como la mala hierba, a pesar de tantos esfuerzos nacionalizadores.

 

Muchos ejemplos tenemos a la mano, pero mencionaremos solo unos cuantos: La intención de la transnacional de origen brasilero MPX para copar la minería del carbón en Colombia, a fin de alimentar con él las termoeléctricas que angustiosamente demanda Chile. Las incursiones canadienses en varios países de Sudamérica, con los consiguientes conflictos visibles por lo menos en el Perú, el fuerte malestar del pueblo argentino por la depredadora explotación no solo de sus minerales, sino de todas sus feraces tierras agrícolas. Para demostrar que no son esfuerzos aislados sino una acción

internacional coordinada, del lunes 9 al viernes 13 de Abril, o sea la próxima semana, se reunirá en Santiago de Chile un gran evento empresarial minero, la Expomin 2012, que con seguridad concentrará a los pesos pesados de esa actividad, con la cual está tan identificado nuestro país.

 

Mientras tanto, no solo en Bolivia sino también en Colombia casi en forma simultánea, se están revisando los códigos mineros, con la cantaleta de que se los debe “suavizar” a fin de no “espantar las inversiones”. Pero son precisamente inversiones como las de Sumitomo en San Cristóbal o de la Jindal en el Mutún las que nos tienen preocupados,

porque no son proporcionales con la depredación que causan al medio ambiente ni con los conflictos sociales que generan. Es muy probable, también, que en ese evento, Expomin, se diga algo sobre el litio, sobre el litio boliviano, el argentino y el chileno.

 

A ver si por lo menos nos enteramos qué es lo allí “resuelven” sobre “nuestros” minerales.