EL MERCOSUR Y LA AFRICANIZACION DE BOLIVIA

Por:
Andrés Solíz Rada

Publicado el 01/08/2012

En tanto Hugo Chávez considera que el ingreso de su país al MERCOSUR
es el suceso más importante de América Latina en los últimos 200 años
y Cristina Fernández de Kirchner señala la diferencia que existe entre
pertenecer al MERCOSUR y no a las Areas de Libre Comercio (ALCA) que
EEUU pretendía imponer a la región junto con el Consenso de
Washington, Bolivia está africanizada en 36 naciones indígenas, 62
áreas protegidas y 22 parques nacionales. A su vez, las áreas
protegidas (nacionales, departamentales y municipales), están
subdividas en monumentos naturales, reservas de vida silvestre,
santuarios nacionales, áreas naturales de manejo integrado, reservas
naturales de inmovilización y refugios ecológicos. El avance
descomunal de la fragmentación fue llevado a cabo por régimen
neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, entre 1995 y 1997. En ese
lapso, las áreas protegidas se incrementaron en más del mil por
ciento.

La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y
el 26 de febrero de 1885, convocada por Francia y el Reino Unido y
organizada por el Canciller de Alemania, Otto von Bismark, tuvo la
finalidad de resolver los problemas de la expansión colonial y el
reparto de territorios en África. Así, la costa mediterránea africana
quedó en manos de Francia y el Reino Unido. La costa oriental fue
dividida entre alemanes al sur y británicos al norte. La costa
occidental quedó en poder de belgas, franceses y británicos. Los
españoles se hicieron con el Sáhara Occidental, los italianos
consiguieron Somalia y los portugueses extendieron o afianzaron su
control sobre Angola, Cabo Verde y Guinea-Bissau, Santo Tomé y
Príncipe y Mozambique, mientras los alemanes obtuvieron Namibia
(Wikipedia). La atomización se realizó sin presencia de africanos. El
continente, al ser parcelado, trazó fronteras que se mantienen hasta
ahora. Al comenzar la Conferencia, el 90 % del África estaba gobernada
por africanos. Diez años más tarde, el 90 % estaba gobernada por
europeos.

En 1874, sólo existía la República de Etiopía. Hoy el África está
dividida en 55 naciones. La última de ellas, Sudán del Sur, fue creada
en febrero de 2011. Los centros de poder mundial son enemigos de toda
coalición estatal. Por eso pretenden ahora disgregar a la Unión
Europea y la desaparición del euro. Cabe recordar que los Bancos, las
transnacionales y petroleras que atomizaron al África son los mismos
que financiaron a las ONG que han convertido a Bolivia en un tablero
de ajedrez. Mientras el país, debido al veto de las ONG, encuentra
inmensas dificultades para vincular su enorme departamento del Beni, a
través de un camino que el Mariscal José Antonio de Sucre quiso
construir hace casi dos siglos, y los Departamentos de Santa Cruz y
Cochabamba están desconectados por vía férrea, el MERCOSUR, ya
convertido en la quinta economía del planeta, adelanta que pronto se
iniciará la construcción del ferrocarril entre la Patagonia argentina
y el Caribe venezolano.

 Chávez y Rousseff, en la reunión de ingreso de Venezuela al MERCOSUR,
destacaron la instalación de nueve plantas petroquímicas en la Cuenca
del Orinoco con participación brasileña, así como la mayor presencia
de PDVSA en Brasil y Argentina. La oposición a la carretera en Bolivia
se fundamenta en el ecologismo a ultranza, pese a que se ha explicado
que tendrá salvaguardas ecológicas, como ocurre con los cientos de
caminos que se construyen a diario en China, la India y decenas de
otros países, cuyos especialistas hacen notar que frente a los daños
al medio ambiente, avanza también la ciencia y la tecnología a través
de medidas de mitigación, cada vez más eficaces.

 El geopolítico argentino Miguel Angel Barrios ha señalado la
importancia de que el MERCOSUR atienda las asimetrías regionales,
ayudando a Uruguay, Paraguay y Bolivia a salir de su invariable
esquema exportador de materias primas. Pero, ¿cómo ayudar a Bolivia si
Bolivia no se ayuda asimisma? Bolivia, como miembro asociado del
MERCOSUR e integrante pleno de UNASUR, el ALBA y la CELAC, nunca
cuestionó  las dos ideas centrales de Simón Bolívar que son el base
conceptual de estos organismos: La construcción de la Patria Grande
Latinoamericana y el mestizaje. Pese a lo anterior, el gobierno de Evo
Morales acaba de anunciar, a través de la Ministra de Planificación
para el Desarrollo, Viviana Caro, que la población boliviana no podrá
optar por la opción mestizo en el censo de población y vivienda de
noviembre próximo, sino que deberá elegir entre las 36 naciones
indígenas ya reconocidas por la Nueva Constitución Política del Estado
(NCPE), o, en su defecto, escribir que no pertenece a ninguna de las
36 naciones admitidas por el Estado “plurinacional”. Así se repetirá
la imposición de las ONG en el censo de 2001.

La NCPE, a tiempo de reconocer legítimos derechos de los pueblos
indígenas, al incorporar la existencia de inventados territorios
ancestrales, imposibles de delimitar, justicias comunitarias de la
misma jerarquía que la justicia ordinaria, la libre determinación y el
manejo exclusivo de los recursos naturales renovables por los pueblos
originarios, ha provocado un caos institucional traducido en
centenares de asaltos a yacimientos mineros, cotidianos bloqueos de
caminos, linchamientos no sancionados, enfrentamientos territoriales
entre comunidades, departamentos y municipios, agravado por una
marcada incapacidad de gestión, aunque encubierto por los altos
ingresos de los precios de las materias primas. Lo cierto es que
Bolivia necesita repensar su destino bolivariano con mirada endógena y
no con la visión de las centenares de ONG que hicieron prevalecer sus
visiones foráneas en su Asamblea Constituyente del 2008.