YPF ES UNA CORTINA DE HUMO QUE ESCONDE UNA SEGUNDA
EXTRANJERIZACION DE YPF

La Presidenta Cristina Fernández el 16 de abril pasado,
anunció al
país, la decisión del PEN de expropiar el 51%
del paquete accionario
de REPSOL YPF de un total del 57%, enviando un
proyecto de ley
declarando de utilidad pública a la empresa. En
los fundamentos del
proyecto, se estableció que el Estado
argentino, había comprobado
(???) fuertes caídas en la producción y búsqueda
de nuevas reservas de
petróleo y de gas en el período 2003 – 2011.
En el mensaje
presidencial, se anunció que el 51% accionario
mencionado, pasará al
Estado Nacional y a las provincias productoras
de hidrocarburos en una
proporción del 26% y 25%, respectivamente.
Técnicamente lo que hizo el
gobierno argentino, fué expropiar el 51% pero no
estatizó ni
nacionalizó al capital accionario y mantuvo el
carácter privado que
tenía REPSOL - YPF, sujeto a la ley de
sociedades. De ese 51%, el 49%
pasó manos de las diez provincias argentinas que
poseen petróleo y
solo el 51% restante pasó a manos del Estado
nacional y provincial.
Resulta difícil de concebir que la Presidenta Fernández,
expresión
política de la pequeño burguesía cipaya y
antinacional que está al
frente de un estado, que desde 1976 está al
servicio de del capital
extranjerizado y concentrado, repentinamente
haya tenido un rapto de
nacionalismo petrolero, engañando al Pueblo
Argentino en sus
sentimientos nacionalistas y antiimperialistas,
que si quiere una
nacionalización de YPF y de todas las empresas
del Estado, entragadas
al pillaje imperialista bajo el menemismo. Bancos,
Fondos de siembra,
mineras, petroleras, automotrices y de
servicios, etc, a quienes el
kirchnerismo en sus ocho años de gestión,
facilitó niveles de
actividad y de ganancias impensables en los
países imperialistas, y
que paga puntualmente a la usura imperialista
una deuda fraudulenta e
ilegítima, que ha llevado a la Argentina en 36 años de
contrarrevolución al estancamiento económico y
al coloniaje. Estamos
hablando de un gobierno, que desde el 2003, y
potenciando la política
del menemismo, facilitó el vaciamiento de las
reservas energéticas,
las remesas de ganancias empresarias hacia sus
casas matrices e hizo
la vista gorda a la fuga de capitales como en el
año 2011, se fueron
u$s 23.000 millones. No. El motivo fundamental
del giro en la política
energética del kirchnerismo, es de cortísimo
plazo, determinado por
los vencimientos de la ilegítima y fraudulenta
Deuda Externa, de
alrededor de u$s 10.000 millones para el año 2012, a los que se suman
a los u$s 12.000 millones de importaciones de
gas y petróleo para el
mismo período (20% más que en el 2011). Ambos
ítems, suman más de u$s
22.000 millones, que las cajas del Estado de
Cristina Fernández –en el
esquema colonizado de Estado-, no están en
condiciones de financiar,
aún apelando al ANSES y a las reservas del Banco
Central de la
República Argentina (BCRA). Aunque el anuncio de la
expropiación de
las acciones es una cortina de humo de corte
teatral, que apelando a
los sentimientos nacionalistas del Pueblo
Argentino, es una maniobra
del kirchnerismo, para ganar tiempo y en modo
alguno, pretende
resolver la crisis energética, salvo que
mágicamente rehaga su camino
anterior y tome la decisión política de romper
con el imperialismo y
el colonialismo, a lo que no esta dispuesto, por
su respeto
reverencial por el imperialismo y el capital
financiero.
En síntesis, esta parcial “nacionalización”
accionaria de YPF, no
puede ni pretende, resolver la crisis
energética, por cuanto no hay un
plan de largo plazo, ni en materia económica ni
energética y sobre
todo, porque no existe una voluntad política de
carácter nacional y
antiimperialista, para terminar con 40 años de
contrarrevolución
imperialista, impuestos por el golpe del 24 de
marzo de 1976. Lo que
busca, es minimizar las facturas por
importaciones energéticas y al
mismo tiempo buscar una nueva relación con el
capital financiero y con
el imperialismo norteamericano, en particular. Y
también, por cuanto
algunos de los responsables del desastre de los
últimos nueve años,
como Julio De Vido, Daniel Cameron, entre otros,
los colocó al frente
de la Intervención. Y también por el hecho que entre
los asesores del
Ministro De Vido, que “aconsejaron” esta
“expropiación”, figuren
personajes siniestros como Roberto Dromi, el ex
ministro de Obras
Públicas de Carlos Menem y principal arquitecto
del modelo
privatizador de la década del 90. Dromi es un
cipayo contumaz y asesor
de empresas imperialistas. Como diría Enrique
Santos Discépolo en su
inmortal tango, Siglo XX Cambalache “…los
inmorales nos han
igualado…”.
Pero debe tenerse en cuenta, además que si desde
1976 y en particular,
desde el menemismo y el kirchnerismo, se
profundizó la colonización
del país, los grupos dominantes y el
imperialismo, se procedió al
pillaje sistemático de los recursos energéticos.
Particularmente, la
política del Estado –que la materializó REPSOL-,
fué no invertir en la
búsqueda de reservas y exportar los excedentes,
sabiendo
concientemente que la Argentina no es un país
petrolero.
Conforme a los datos de la Matriz Energética
de la Argentina,
el 88%
de la oferta interna primaria de energía, esta
estructurada en base a
combustibles de origen fósil, usados más
intensamente (petróleo y gas)
y cuyo horizonte de vida útil está perfectamente
acotado. El horizonte
de vida de las reservas al actual ritmo de
producción es de: 9 años
para las del petróleo y 12 años para las de gas
natural .
Dicho en otras palabras, casi el 90% de la
energía eléctrica que es
consumida en la actualidad por los argentinos,
proviene de fuentes
hidrocarburíferas (petróleo y gas). Esta
situación, de despilfarro
económico y social usando recursos energéticos
no renovables,
constituye un verdadero disparate, por cuanto en
lugar de usar los
recursos más abundantes, se utiliza más
intensivamente los recursos
más escasos. En lugar de ello, cabría utilizar
recursos, por ej. como
el carbón. que al actual nivel de consumo,
dispone de reservas por 600
años o la energía hidroeléctrica –de la que solo
se utiliza el 15% de
la oferta potencial- o la energía nuclear, con
reservas de uranio 235
más que suficientes y que puede aumentarse,
enriqueciendo el uranio,
tecnología que la CONEA desarrolló a partir de
la década del 70. A
diferencia de la República Argentina,
por ej., Brasil cubre el 60% de
sus necesidades con energía hidroeléctrica,
Francia se abastece en un
80% de su demanda eléctrica con el aporte
nuclear e incluso el 40% de
la demanda energética de los EEUU, se cubre con
carbón.
La República Argentina, dispone de inmensos
recursos naturales
renovables (agua) y no renovables (carbón y
uranio), que puestos a
disposición de los argentinos, permitirían
generar electricidad
abundante y barata a las actividades
extractivas, a la producción
agropecuaria e industrial, a los servicios, etc
y las familias, sin
ningún tipo de restricciones y con una calidad
de vida de altísimo
nivel. La situación actual a diferencia de lo
señalado y a grandes
rasgos, es que la Argentina está
actualmente inmersa en una crisis con
características de tipo estructurales y que
básicamente se expresa,
tal como la sociedad ha observado recientemente,
en una amenaza
generalizada para la producción y la
recuperación económica, y que
simultáneamente golpea más intensamente a los
sectores más
desprotegidos de nuestra sociedad.
La aparente irracionalidad en la toma de
decisiones de los hombres de
Estado desde 1976 en adelante –documentada por
Alejandro Olmos en su
denuncia judicial sobre el carácter fraudulento
e ilegítimo de la
Deuda Externa-, tiene que ver con el hecho de que las
privatizaciones
o extranjerizaciones de las empresas públicas,
fueron diseñadas
deliberadamente, con el objeto de generar
negocios particulares con
bienes sociales como la energía, sin importar
los daños y los costos
para la sociedad. Por ello mismo, la primera
privatización que efectuó
el menemismo, correspondió a los medios de
comunicación, a efectos de
condicionar a la opinión pública y “prepararla”,
con gran publicidad,
para que aceptare sin lucha la entrega del
patrimonio público.
No es posible solucionar los problemas
estructurales de la energía y
de los combustibles, sin renacionalizar las
empresas públicas y
reasumir la soberanía del sector y aumentar la
oferta energética.
A lo enunciado, caben señalar diversos
interrogantes y decisiones
adoptadas como:
1.- En la ley de expropiación, quedó sin definir
el papel del 25% de
las acciones del Grupo Eskenazi, dado que las
mismas no fueron
terminadas de pagar, además de ser una “compra”
absolutamente
discrecional, por ser pagaderas con las
ganancias de YPF. Tampoco
quedó definido el papel del 18% de las acciones
de Grupos Financieros
como BANCO LAZARD FRERES (6%), BANCO ETON PARK
(GOLDMAN SACHS, MINDICH
Y ROSEMBERG) (5%), INVERSORES NO IDENTIFICADOS
(5%), GRUPO WERTHEIN
(2%). Como las acciones del Grupo Eskenazi, no
han sido canceladas en
su totalidad y ese grupo no está en condiciones
financieras de
hacerlo, los grupos financieros o una alianza
entre REPSOL (6%) y
dichos grupos podrían adquirir su participación
y llegar a sumar un
49% accionario. A esa situación, podrían sumarse
los Estados
provinciales productores con un 25%, con lo que
el estado Nacional
quedaría en minoría en las decisiones
directoriales. Se profundizaría
así, el sesgo preexistente, del dominio de YPF,
por parte del capital
financiero internacional. Es como que, para el
kirchnerismo, no
existen ni el imperialismo ni las petroleras.
Ninguno de esos
2.- En la ley de expropiación, se mantiene a YPF
como una sociedad de
carácter privado, sujeta a la ley de Sociedades
Nº 19.550. Dicho en
otras palabras, con la naturaleza privada de la
sociedad YPF, no
habría ningún tipo de controles por parte del
Estado Nacional y esto
es lo que se pretende o sea que el Estado no
meta las narices, o sea
que el directorio, manejado por el capital
financiero, diga y maneje
el funcionamiento de YPF. Por lo tanto, esta es
una nacionalización
bastante sui generis, en donde el capital
financiero internacional,
como se dice en punto 1.-, podría dictarle la
política de búsqueda de
reservas, la producción, la refinación y la
comercialización (venta al
consumidor final de los subproductos refinados).
3.- La extracción petrolera viene cayendo desde
1998 y acumula catorce
años ininterrumpidos en baja. Este declive
persistente y continuo
representa la mayor caída histórica sufrida en
el país. En el caso del
gas, la producción viene en descenso desde hace
ocho años. YPF
representa sólo un tercio de la producción de
hidrocarburos del país.
Pan American Energy (PAE), que es la empresa
imperialista inglesa
British Petroleum (60% de su capital), dispone
por 30 años, de la
extracción de petróleo en el Yacimiento de Cerro
Dragón –el más
productivo de la Argentina. Además,
en el proceso de extranjerización
de YPF, llamado de privatización (1990 -1997),
se entregaron las
refinerías, destilerías y empresas petroquímicas
de YPF, motivo por el
cual la empresa solo tiene el 30% de la
capacidad de refinación. En el
caso de Cerro Dragón, la Legislatura de la Pcia. del Chubut, por ley
de la provincia, le entregó a PAE, la concesión
del yacimiento de
Cerro Dragón por 30 años. Ese es el
“patriotismo” de los legisladores
provinciales, muchos de los cuales se dicen
“peronistas”. Se habrán
inspirado, tal vez, en el art. 40º de la Constitución de 1949
y deben
tener una memoria un tanto frágil. Esa es la
forma con que “…luchan
contra el capital….”. Los legisladores
provinciales, se olvidaron,
además, que BP es una empresa inglesa, del mismo
colonialismo inglés
que usurpa nuestras Islas Malvinas y que en
estos momentos, efectúa en
el perímetro exterior de las mismas, tareas de
exploración y búsqueda
de hidrocarburos.
4.- La designación del Ing. Miguel Galuccio como
Presidente de YPF, es
uno de los hombres más significativos de la
“nueva YPF”, en modo
alguno es casual. El 16 de abril, el mismo día
del anuncio de la
Presidente de “expropiación” de las acciones de REPSOL el
profesional,
presentó en Londres su renuncia a Schlumberger,
una de las dos mayores
compañías globales de servicios petroleros, que
mantiene relaciones
comerciales con las Malvinas, y que llegó,
invitado al gobernador de
Entre Ríos, Sergio Urribarri. Digámoslo, sin
eufemismos, el Ing.
Galuccio, es un hombre del imperialismo, que no
por casualidad
desarrolló gran parte de su actividad
profesional en Schlumberger.
Schlumberger es una empresa de servicios petroleros,
cuyos
accionistas, en gran parte, son bancos, fondos
de inversión y
financieras anglosajonas como: JP MORGAN CHASE
& COMPANY, NORTHERN
TRUST CORPORATION, VANGUARD GROUP, INC. (THE) STATE
STREET
CORPORATION, BlackRock Institutional Trust
Company N.A., Bank of New
York Mellon Corporation, entre otros. BlackRock Institutional Trust
Company que, por ej., está realizando tareas de
prospección petrolera
en Malvinas.
La designación de Galuccio, está íntimamente
asociada, por una parte,
a la posible explotación del yacimiento no
convencional (shale gas) de
Vaca Muerta, Pcia. del Neuquén. Las potenciales
reservas de gas de
Vaca Muerta, estimadas en por la Administración de
Información de
Energía de los EEUU en 23,5 billones de m3 (23,5
x 1012 m3
=
23.500.000.000.000 m3), recursos que
convertirían a la Argentina
en el
3er. Potencial productor, detrás de EEUU y
China. Casualmente,
Schlumberger, en donde era empleado Galuccio, es
una firma
especializada en servicios no convencionales
para la industria
petrolera y es conocida en el “ambiente”, como
una empresa que utiliza
métodos fuertemente contaminantes. En varios
estados de los EEUU, en
Francia y en Bulgaria, la explotación de gas y
petróleo shale ha sido
prohibida, debido a que para extraer el petróleo
y el gas, hay que
fracturar (fracking) rocas, en cuyos poros
se alojan los
hidrocarburos y para “sacarlos”, hay que
inyectar agua y productos
químicos a alta presión, contaminando de ese
modo las napas de agua
más profundas, con gravísimas consecuencias para
la flora, la fauna y
la actividad humana. Ha habido casos probados de
contaminación en los
estados de Wyoming y Colorado y resistencia
popular en Ohio,
Pensilvania y Nueva York.
De este modo, con una YPF controlada por el
capital financiero,
principalmente de la banca imperialista
norteamericana, los EEUU
podrían asegurarse el abastecimiento seguro de
gas por 25/30 años, sin
los conflictos políticos-sociales del Medio
Oriente, Irán y Venezuela.
Al mismo tiempo, si la YPF “nacionalizada” invirtiera
en prospección y
búsqueda de nuevas reservas de gas y petróleo,
suponiendo que pudiese
financiar las nuevas inversiones, el que
terminaría pagando las mismas
sería el consumidor de los productos finales
(naftas, lubricantes,
subproductos más pesados, etc), pero eso sí a
precios internacionales,
muchísimo más caros que en los países
imperialistas. Ya en el presente
lo está haciendo. El costo de extracción del
petróleo en la Argentina
es de u$s/m3 63.- (u$s/barril 10.-), cuando el
precio internacional es
de u$s/m3 630.- (u$s/barril 100.-). El precio de
la nafta Premium, que
impone el oligopolio YPF, Shell, Esso, etc, es
de $/litro 6.-,
equivalente a u$s/litro 1,30 –al cambio oficial
de $/u$s 4,50-. Si al
precio internacional por litro de u$s/litro
0,63, le agregamos los
costos de transporte, refinación y
comercialización, estaríamos en un
precio final de u$s/litro 1.-, que es lo que se
paga aproximadamente
en los EEUU. O sea que en la Argentina, se paga la
nafta Premium, un
30% más cara que en las metropolis imperialistas,
que son importadoras
netas, como consecuencia directa de la
privatización y de que YPF,
dejó de ser la empresa reguladora de los precios
finales, a partir de
1990. Y esa política en materia de combustibles
es la que han
sostenido por más de 20 años, Menem, Duhalde y
los Kirchner. Porqué
ahora, la
Dª Fernández la habría de cambiar.
El valor accionario de YPF, después del
vaciamiento efectuado por
REPSOL –a partir del ingreso del Grupo Eskenazi,
en el 2008-, no es
mayor a los u$s 4.000 millones. Cabe señalar que
el flujo de fondos de
YPF, empresa con un patrimonio neto negativo
dejaría un remanente
anual líquido de a lo sumo, u$s 1.500 millones y
las deudas son
superiores a los u$s 9.000 millones y un gasto
de miles de millones de
dólares en importaciones de gas y petróleo (el
balance comercial en el
2011, fue negativo en u$s 3.000 millones). Las
inversiones que se
requerirían en materia de prospecciones para
aumentar la producción y
las reservas de gas y petróleo, requerirían no
menos de siete mil a
diez mil millones de dólares (u$s 7.000 a 10.000 millones),
sin
considerar las inversiones en materia de
ampliación en la capacidad de
refinación ni mucho menos en inversiones de alto
riesgo, tipo shale
gas. Como el imperialismo no tiene el interés en
efectuar inversiones
en prospección o en refinerías, el Ing.
Galuccio, estaría pensando en
financiar las inversiones, tomando dinero de los
jubilados que
perciben remuneraciones indignas y a los cuales
el Estado no les
quiere reconocer el 82% móvil y les saquea la
caja del ANSES.
5.- Las empresas que fueron contactadas por el
kirchnerismo (Ministro
De Vido), desde antes de la “expropiación” de
las acciones de REPSOL,
para efectuar nuevas inversiones de alto riesgo,
como el yacimiento de
Vaca Muerta, no fueron precisamente ni PEDEVESA
(empresa nacional
venezolana) o Petrobras (empresa nacional
brasileña), conforme al
nuevo discurso “nacional y popular”. No, fueron
Total (empresa
estatal, pero al servicio de la burguesía
imperialista francesa) y las
empresas imperialistas yanquis Chevron,
ConocoPhillips y Exxon, que en
la Argentina
opera bajo la sigla ESSO. Exxon, en principio, estaría
interesada en invertir en Vaca Muerta, si el
Estado argentino aceptare
ciertas y determinadas condiciones, a saber:
a) Legislación tributaria, similar a las
otorgadas por la Ley Nº
24.196 de Inversiones Mineras.
b) Estabilidad tributaria por 50 años. Cabe
recordar que las empresas
mineras tienen estabilidad tributaria por 30
años.
c) Autorización para girar utilidades a sus casas
matrices, sin ningún
tipo de restricciones. Esto se toca de suyo, con
el virtual corralito
a la venta de dólares, impuesto por el PEN, a
partir de octubre del
2011.
d) Que si se firman contratos entre YPF y Exxon,
cualquier
controversia entre las partes, debería
ventilarse en Tribunales
norteamericanos, con sede en Nueva York. Este
tipo de “pedido” no es
nuevo. Viene de los contratos financieros,
firmados en la época de la
dictadura colonial entre el Estado argentino y
los bancos prestamistas
extranjeros, por cualquier controversia entre
las partes. Esa
imposición del capital financiero internacional,
desconocía a los
Tribunales argentinos y formó parte de las
denuncias que efectuara
oportunamente Alejandro Olmos, en el juicio por
la ilegitimidad y
fraudulencia de la Deuda Externa.
Tal como se ve, el capital financiero internacional,
controlando el
Directorio de YPF, determinaría que es lo que
debería producir, a que
costos y a que precio lo venderían al mercado
interno, sin ningún tipo
de control por parte del Estado Nacional. Por
otra parte, si empresas
imperialistas como EXXON, efectuarían acuerdos
con esa YPF,
absolutamente dominada por bancos extranjeros,
dichos acuerdos serían
absolutamente leoninos, para saquear el gas de
yacimientos como el de
Vaca Muerta e imponiendo al Estado argentino,
condiciones
contractuales inaceptables, pero propias de una
colonia. Una suerte de
Arabia Saudita de la década del 50, pero en el
Cono Sur de América
Latina.
Por todo lo expresado, no se ve por ningún lado
que se mire, que la
“expropiación” del 51% de las acciones de
REPSOL-YPF, sea una efectiva
nacionalización de la empresa petrolera, sino
que muy por el
contrario, es una nueva extranjerización de la
empresa y un cambio de
imperialismo. El desplazamiento del capital
europeo-español, por el
imperialismo norteamericano y el capital
financiero internacional,
`satisfaciendo las necesidades energéticas de
largo plazo de los EEUU.
Por ello, llama la atención la rapidez con que
partidos o
agrupamientos políticos como Proyecto Sur, le
concedieron un cheque en
blanco al kirchnerismo por las declaraciones y
actos efectuados de los
mismos responsables del vaciamiento de YPF, de
Gas del Estado y la
entrega de todas las empresas del Estado, cuando
hasta hace poco lo
catalogaban como corruptos y entreguistas.
Igualmente, y en el mismo
tenor, puede mencionarse a ciertas expresiones
de Izquierda Nacional,
que señala que “…con esta iniciativa, el
kirchnerismo puso de su lado
a la mayor parte del país y dejó en claro la
presencia de un balance
de fuerzas que encierra posibilidades más allá
del limitado horizonte
que se ciñe en torno a la pequeña burguesía
progresista…”. Se omitió
señalar que el gobierno kirchnerista no es
expresión precisamente de
la pequeña burguesía progresista y antiimperialista,
si no que muy
por el contrario, representa la
pequeño-burguesía cipaya y
antinacional al servicio del imperialismo,
muchos de los cuales en la
década del 70, formaron parte de agrupaciones
terroristas que se
alzaron en armas contra el Gobierno Popular,
encabezado por el Gral.
Perón. Ese balance de fuerzas revolucionario y
nacional, del cual
habla Socialismo Latinoamericano (SL), cabría
observar no podría
provenir de este gobierno, ya el mismo es
una reedición de la vieja
Unión Democrática, mentirosa, corrupta y de
rodillas frente al capital
financiero internacional. Un petróleo, 100% en
manos del estado y los
trabajadores, solo puede provenir por un
ascenso de la
Revolución
Nacional y de un frente plebeyo de trabajadores y clases
medias
empobrecidas, pero no de los ex montoneros, ex
ERP y renegados de
todos los partidos, junto a la dirección
ultracorrompida del PJ y que
solo están pensando en llenarse los bolsillos y
pagar la ilegítima y
fraudulenta Deuda Externa. La “expropiación” de
las acciones de YPF,
no estuvo fundada en una decisión presidencial
de recuperar lo que
pertenece al Pueblo Argentino, si no en una
cuestión de “caja”
generada por los vencimientos de la Deuda y la factura por las
importaciones de gas y petróleo, pero que además
encubre una nueva
extranjerización de la empresa, en beneficio del
imperialismo
norteamericano. Además, este gobierno sordo y
autista con respecto a
la sociedad, está preparando un brutal ajuste
fiscal, una vez que se
termine el proceso de renovación salarial
de las paritarias, por
rama de producción.
Esta YPF, nada tiene que ver con lo que fue la YPF anterior al golpe
imperialista del 24 de marzo de 1976. Aquella
YPF, al igual que Gas
del Estado en el caso del Sector Combustibles y
Eléctrico, compuesto
por Agua y Energía, Hidronor, SEGBA y las
empresas provinciales de
distribución, era una empresa integrada
verticalmente que abarcaba,
las tareas de exploración, extracción,
transporte (por tren, barco y
oleoducto), refinación y distribución comercial,
lo que le
proporcionaba economías de escala para producir
con costos afines con
el desarrollo interno.
Con las ganancias efectuadas en las zonas de
mayor densidad comercial,
subsidiaba estaciones de servicio en aquellas
zonas del país,
inhóspitas o alejadas de los grandes centros
urbanos. YPF. La
comercialización de los subproductos, se
efectuaba a todo lo ancho y
lo largo de la República, en donde la
red de estaciones de servicio,
que servía al automovilista o al transportista,
permitía proveerse a
los mismos de combustibles, lubricantes y otros
subproductos, en
lugares adonde la actividad “privada” no llegaba
debido a que no era
rentable. Esa actividad de fomento, estaba
subsidiada con las
utilidades producidas en las zonas de mayor
densidad. Era una empresa,
que disponía de uno de los laboratorios más
avanzados del mundo en
Investigación y Desarrollo –ubicado en Florencio
Varela, PBA- y que el
menemismo en su irracional política de
destrucción, cerró. Por otra
parte, en los yacimientos, generalmente ubicados
en zonas muy
alejadas de las grandes ciudades, YPF ponía a
disposición de sus
trabajadores, barrios de viviendas, centros
comerciales y establecía
la infraestructura de servicios que requerían
aquellos y sus familias,
en materia de Educación, Salud y seguridad.
Todos estos beneficios a
su personal y al igual que sus inversiones en
exploración y tareas de
mejoramiento de sus productos, YPF los
financiaba con las ganancias
provenientes de la venta de sus productos, sin
requerir de ningún tipo
de subsidio proveniente del Tesoro Nacional,
como cínicamente mentía
la prensa liberal, para inducir a su
privatización. Pero el elemento
central de esta posibilidad es que la renta
petrolera era apropiada
por el Estado y era reinvertida dentro del país.
Sus compras en
materia constructiva e industrial, generaban
empleo e inversiones por
parte de sus proveedores y determinaban, que por
cada empleado de YPF,
se generaban indirectamente otros cuatro (4)
puestos de trabajo. Así,
YPF que hacia 1992 tenía 50.000 agentes, otros
200.000 empleos se
generaban, debido a las compras efectuadas por
la empresa estatal a la
Industria Argentina. En la irracional política de destrucción
liberal,
a partir del menemo-cavallismo y que potenció el
kirchnerismo, fueron
disueltas las Gerencias de Geología –básica para
la exploración y
prospección-, los laboratorios antes mencionados
y la Flota
naviera de
transporte fluvial y marítima. Después de
“privatizada” YPF, el
consorcio angloespañol REPSOL-YPF con la
complicidad del Estado, dejó
de explorar y efectuar prospección, dedicándose
únicamente a la
extracción y exportación, enviando el total de
las utilidades a las
casas matrices. Esa política de inversiones y
ventas, llevó a que el
horizonte de reservas conocidas y cubicadas
pasara en el caso del
petróleo de 14 a 9 años, en el mejor de los casos. En el
caso del gas,
de 40
a poco más de 12 años. Esta irracional y criminal
política, en
20 años, llevó a la Argentina, a convertirse
en una importadora neta
de hidrocarburos, con un horizonte de precios
mundiales en alza.
Volver a esa YPF, no lo puede hacer una YPF,
cuyo directorio está
manejado por el capital financiero internacional
que puede aliarse
perfectamente con las provincias, “dueñas del
subsuelo” y dejando en
minoría al Estado Nacional. No se puede volver a
aquella YPF, sin
controles del Estado, por ser una Sociedad
Anónima regida por la Ley
de Sociedades, y sin participación de sus
trabajadores, técnicos y
profesionales y con “subcontratistas” que
saqueen a la petrolera, con
precios confiscatorios por los bienes y
servicios que proveen.
Una YPF que sirva al interés público, como todas
las empresas del
Estado que aún están usurpadas, solo la puede
restablecer la
Revolución Nacional en una nueva etapa. Las obras necesarias
que
requiera YPF –como todas las empresas del
Estado, que están usurpadas
por el capital financiero- que cabe recuperar-,
no pueden ser
financiadas, entregándola en una segunda
extranjerización, a la usura
bancaria y a la voracidad de los pulpos
imperialistas, sino tomando de
los fondos que hoy la pequeño-burguesía cipaya y
vendepatria, utiliza
para pagar la ilegítima y fraudulenta Deuda
Externa, facilitando la
fuga de capitales y subsidiando al capital
prebendarlo y cargando
sobre las espaldas de asalariados, jubilados y
desocupados, el peso
del ajuste imperialista. La Revolución Nacional,
para terminar con la
Dependencia, desconocerá la mencionada Deuda, no reconociendo
indemnización alguna ni supuestos derechos ni
deudas reclamados por el
chantaje del imperialismo, dentro y fuera del
país (Tribunales
arbitrales o judiciales extranjeros). Para ello,
derogará todo el
andamiaje legal del coloniaje, emitido desde
1976 en adelante y en
algunos casos desde 1955. La Argentina no tiene una
crisis energética
ni déficit fiscal, generados por la incapacidad
de los argentinos para
administrarnos o gobernarnos, si no que ambos
procesos, constituyen el
resultado previsible de 40 años de pillaje
imperialista, impuesta por
las bayonetas de la Dictadura Colonial
del 76 y que los políticos y el
Servicio Civil de la Democracia Colonial
legalizaron a partir de
1984-. Esto es lo que hay que terminar y decir
basta. La
Revolución
Nacional lo hará.
Buenos Aires, 23 de junio de 2012
Leopoldo Markus
Sec. Prensa y Propaganda
Partido Socialista de la Izquierda Nacional
(PSIN 2ª época)
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