EVO SE OLVIDO DE “NUESTROS CASCOS AZULES”

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Publicado el 01/02/2013

La semana pasada, en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el presidente Evo Morales vertió una frase muy celebrada: “Hay que espiar a Barack Obama para garantizar la seguridad internacional”. Pero luego, lanzó otra que no condice precisamente con los hechos de su Gobierno: “¿Qué seguridad da Estados Unidos? – Se preguntó nuestro Mandatario-. Con tantas intervenciones con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, los “cascos azules”, las bases militares…”.

Por si esa expresión no hubiese sido suficiente, por si no hubiese consistido un lapsus línguae, más adelante reiteró y dijo: “Cuando le interesa, el Gobierno de EEUU usa la OTAN, los “cascos azules” o bases militares para intervenir”.

Junto a esas frases vino el momento eufórico de su postura antiimperialista y entonces Evo Morales añadió expresiones como: “Bolivia se ha liberado militarmente del grupo militar de EEUU. Ahora nuestras Fuerzas Armadas están mejor que antes. (…) “No solamente los países nos liberamos de manera aislada, sino de manera conjunta, y por eso es un grupo de países que se libera del imperio para no estar sometidos ni a las políticas económicas, ni a las políticas sociales, ni militarmente”.

¿Problema de memoria? Tal vez las preocupaciones añadidas que le trae la campaña electoral le hicieron olvidar al Presidente Morales un detallito: Bolivia ha mandado ya diez misiones de “cascos azules” a Haití, al menos otras tres al Congo y antes otra a Angola. Es más, el Primer Mandatario boliviano no recordó que hace 8 meses aseguró que las Fuerzas Armadas “dignifican a Bolivia” cuando prestan sus servicios como “cascos azules” en Haití. En aquella oportunidad recibió a la misión IX tras su retorno de Puerto Príncipe.

¿Entonces hay que, muy revolucionariamente, “espiar a Obama”, pero, al mismo tiempo, seguir enviando tropas para las intervenciones en los países del tercer mundo? Resulta muy complicado para nuestras autoridades resolver esa contradicción, máxime si se revisa las características de la labor de los “cascos azules” en el mundo y, especialmente, en Haití. Al respecto bien vale citar algunas de las preguntas reflexivas que en estos días realizó el analista Samuel Montaño a un medio local.

“¿Olvida el Presidente Evo Morales –dijo Montaño- que en abril de 1999, tras requerimiento estadounidense, Bolivia envió, por primera vez, 84 militares  a Angola? Entonces cada uno de ellos recibió un pago mensual de 1.000 dólares y un seguro de vida de 50.000. Además fueron equipados con fusiles estadounidenses M16a2. Luego recibieron entrenamiento militar por parte de militares de EEUU en el batallón Manchego de  Santa Cruz, el CITE de Cochabamba, para terminar de entrenarlos en el Estado de Louisiana.

¿Olvidó Evo Morales que Haití sufrió cuatro invasiones de los Estados Unidos en 1915, 1960, 1994 y 2004? ¿Olvidó que luego de la ocupación estadounidense, este país acudió a la ONU para que “cascos azules” se encarguen de consolidar la invasión?

¿Recordó que las tropas de la ONU se hallan en Haití ya 20 años, y no ha logrado estabilizar absolutamente nada?

¿Se acordó nuestro Presidente que activistas y políticos haitianos  pidieron al vicepresidente García Linera, en 2010, durante su visita a Haití por el terremoto, el retiro de los militares bolivianos, y de otros países, ya que, demostrado quedó, cumplen la misión de consolidar la invasión de EEUU? ¿Sabe que Haití pide que, en vez de 220 soldados bolivianos armados, mejor se mande 220 médicos u obreros que ayuden a aquel devastado país?

¿Sabe que la ONU tiene 9.000 “cascos azules” en Haití, además de marines y paracaidistas de la 82va división aéreo transportada del Ejército de EEUU que custodian el Palacio de Gobierno?
¿Recordó Evo Morales que, además de soldados, Bolivia envió 6 tanquetas pintadas de blanco a Haití? ¿Recordó que el año 2006 el Ejército de Bolivia secuestró 16 vehículos de Defensa Civil (ambulancias y cisternas) para alquilarlos en Haití?”.

Añadimos una pregunta, con carácter de deuda histórica, más: ¿olvidó Evo que en 1816 el presidente haitiano, Alexandre Petion, brindó una ayuda trascendental económica y militar al libertador Simón Bolívar? Como es sabido, Petión, desde aquella primera república independiente y sin esclavos de América, respondió generosamente al pedido del Libertador. Puso una sola condición: que cuando la Gran Colombia fuera libre del imperio, Bolívar aboliera la esclavitud también allí.

Sin duda, el Presidente tuvo que haber olvidado todo eso cuando vertió sus expresiones en la Celac contra los “cascos azules”.