PERU CONSTRUYE SU UNIDAD NACIONAL

Para satisfacer la admiración por ese baile peruano que es la marinera, tan bella como nuestra cueca, estamos viendo con alguna asiduidad la televisión estatal peruana y de esta frecuentación surgen comparaciones inevitables. La TV peruana enaltece entusiastamente el patriotismo al presentar sus atractivos naturales, su música y canciones, su variada gastronomía y mostrando su diversa geografía de la costa, la sierra y la selva, con matices de exaltación cívica; pero lo que más nos impresiona es que no se nota insinuaciones regionalistas, porque en todo aspecto levantan lo peruano, promueven la unidad nacional a través de las imágenes, del canto y la música.
No puede existir amor a la Patria sin unidad de sentimientos, sin elaborar un rumbo de esperanza y fe, con disciplina y trabajo como están empeñados los peruanos.
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Estimulan el civismo y el amor a la Patria, en forma integral, sin discriminaciones. Las noticias internas son trasmitidas sin aspavientos demagógicos ni parcialización política. En suma, los programas levantan la autoestima y su inmenso amor a Perú. No atiborran con política sectaria, ni las informaciones son tendenciosas a favor de tal o cual sector político o económico, hay recato en la información presentada con imparcialidad, sin esa manía insidiosa y afrentosa contra los bandos políticos contrarios. Se intuye que están consolidando la unidad de la nación peruana.
Todo los une en la alegría y en la tristeza. En días pasados les conmovió la muerte de un cantor muy popular que había sido Arturo “Sambo” Cavero y todo el pueblo se ha volcado evidenciado su pesar y lo ha homenajeado con música y canto, con un solo sentimiento de unión peruana.
Y muy poco antes, la muerte de Mercedes Sosa levantó igual entusiasmo de conjunción entre los argentinos. Porque ambos artistas se caracterizaron por amalgamar lo que a nosotros nos falta, la unidad del pueblo. Desde el Siglo XIX se ha venido diciendo que los cochabambinos primero son cochabambinos, o los cruceños o los tarijeños, etc. y sólo después, si alcanza el hilo sentimental, son bolivianos.
Cuánta falta hace en Bolivia un artista o un líder que con fuerza, honradez y convicción aglutine y entusiasme a todo el pueblo y nos una a los bolivianos, sin distinciones.
Los peruanos han pasado parecidas vicisitudes históricas, iguales desgracias y frustraciones que los bolivianos, pero ahora Perú con emoción y fe -como el de ese prohombre que fue don Manuel González Prada que “predicó un nuevo evangelio en Perú, denunciando el caudillismo y el clericalismo como los males endémicos que debían ser extirpados” (Edgar Oblitas F.)- viene fortaleciendo la esperanza de su pueblo con elevado patriotismo que intuimos, lo conducirá por el camino de su redención.
No puede existir amor a la Patria sin unidad de sentimientos, sin elaborar un rumbo de esperanza y fe, con disciplina y trabajo como están empeñados los peruanos.
¿Nosotros, cuándo vamos a construir la nación?
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