PATRIOTISMO Y PATRIOTERIA

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/02/2010

Hay que diferenciar: entre humildad y humillación, libertad y libertinaje, autoridad y autoritarismo... Podremos dar varios ejemplos más. Por eso es importante, señalar que patriotismo posee su caricatura en la patriotería. Se conoce también empleadando la voz gala: "chauvinismo". Menos usada es "jingoismo", expresión derivada, al parecer, del inglés. Implica siempre un palabrera sobrevaloración del país y como correlato el desprecio, el recelo o el odio a otros que, frecuentemente son limítrofes. En nuestra América apenas conseguida la Independencia y consolidadas las repúblicas brotan los localismos que apuntan a establecer diferencias, distanciamientos y fobias respecto a la colectividad vecina. Paradigma de lo anotado es el contrapunto de Bolívar versus Santander o Andrés Santa Cruz versus Diego Portales. De esta enfermedad no escapa ninguna. Opiniones como, por ejemplo, la de Luis Emilio Recabarren "Amar a la patria no supone odiar a las patrias vecinas" y  aquella frase del general Savio "Bueno es gritar ¡viva la Patria!. Mejor es trabajar para que la patria viva" –hasta el momento- son “campanas de palo”. 
Incluso en Centroamérica la patriotería es potente pese a la condición microscópica de cada partícula. En Panamá constituye una torpeza afirmar  que originariamente fue provincia de Colombia. Ellos creen ser la "nación panameña". Tal dogma es compartido por todos  los habitantes del Istmo incluyendo a marxistas como Ricaurte Soler. Las otras cinco repúblicas pese a que en el XIX fueron Provincias Unidas y después República Federal (ver www.premionacionaldeeducacion.blogspot.com) los desprecios y rencores coexisten con el “excepcionalismo" que afecta a Costa Rica. Esta se cree ínsula blanca y desarrollada en un pequeño océano de barbarie mestiza y atrasada. Los resquemores han alcanzado tal frenesí que cuaja en la Guerra del Fútbol en 1969. Se enfrentan El Salvador y Honduras durante una semana que arroja el macabro saldo de 6 mil muertos y 15 mil heridos. El factor desencadenante es un match de balompié. Suramérica no es excepción. Los litigios de frontera nutren la patriotería y dificultan la complementariedad.
En Chile se une -al igual  que Costa Rica y Uruguay- al patrioterismo el afán de excepcionalidad. De allí la frase "los  chilenos somos distintos, distantes y... superiores" y aquella otra atribuida a Diego Portales "somos los ingleses de América del Sur". Eso -durante un siglo- permite sostener la teoría de que en en el país "no hay indios" a lo cual un racista encubierto, ni corto ni perezoso, añadía "ni negros". Hoy la TV obliga a repensar la primera afirmación al aparecer en la pantalla el mundo mapuche en pie de guerra por lo que juzga su derecho ancestral al suelo de la VIII y IX Regiones. Siempre se había pensado -y aun perdura en el imaginario mapochino- que lo amerindio era "problema" de Perú y Bolivia. Hasta se explicaba la victoria de Chile en la Guerra del Guano y el Nitrato por ese tipo de poblamiento autóctono. En cambio, aun se enseña que los chilenos somos "arios puros" o, “blanco de origen europeo". El afán de vender una imagen caucásica es obsesión, por ejemplo, de la cancillería, de empresas aéreas, de reclutadores de policías de frontera  y de seleccionadores del alumnado de las Escuelas Matrices de las FFAA.
En Perú se critica -y con razón-  la patriotería chilena con su triunfalismo bélico. Sin embargo, hay allí patriotería respecto a Ecuador cuyos habitantes son apodados "monos". Los ecuatorianos replican brindan el remoquete de "gallinas" a los peruanos. Son expresiones cómicas de la patriotería. Hay quejas en Lima porque Bolívar segrega territorios del norte y "fabrica" Ecuador. Quito insiste en su demanda de soberanía sobre Tumbes, Jaen y Mainas y se escucha "Ecuador fue, es y será país amazónico". Sin embargo, la voluntad bolivariana secundada por Sucre en orden a hacer del Alto Perú una república que exhibe el apellido del Libertador no motiva histeria patriotera entre los peruanos. Por el contrario hay un añejo desprecio a los bolivianos. Se les aplica epítetos como “llameros rústicos”, “indios” o “quesos... A ello se añade la idea que La Paz enciende la Guerra del Pacífico y primero es aliado y luego deja sólo a Perú enfrentando la invasión mapochina. El experimento integrador de Andrés Santa Cruz es visualizado por la patriotería del Rimac como invasión y son peruanos desmembradores quienes apoyan las expediciones chilenas que, finalmente en Yungay, destruyen la Confederación Perú-Boliviana.
Las acciones de Santa Cruz, Morazán y Barrios, la prédica de Mendieta, las teorías de Sandino así como el aprismo de la hora prima, el peronismo, en cierto modo el ibañismo y el proceso revolucionario mexicano... tratan de revertir ese fermento tóxico que es la patriotería. En Argentina respecto a Paraguay se registran avances notables. El MERCOSUR la amengua en lo atinente a Brasil y Argentina. Lula compromete, respecto a Itaipú, nuevo trato con Asunción.  En Chile pese a O´Higgins, José Antonio Vidaurre, Joaquín Edwards Bello o Felipe Herrera la patriotería es potente. Está en el aula -todos los niveles- , en los textos escolares, en el cuartel, en la TV,  prensa... Pocos escapan a esta doctrina internalizada por la oligarquía y sus amanuenses de pupitre y pluma. Favorecer un enclave oceánico para Bolivia es poco menos que "traición a la Patria" y sugerir atenerse al fallo de la Corte de La Haya en el litigio marítimo con Perú, "debilidad inaceptable". Con todo su poder a Pinochet no le es fácil imponer la mediación vaticana. Ibáñez registra una sorda oposición al reintegrar Tacna a Perú. Poderosa es la patriotería. Nutre un frenético armamentismo y tensiona las RREE entre pueblos de una misma familia.
Prof. Pedro Godoy P.
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